Ojalá Maduro leyera esto

No es fácil el reto que tiene el presidente Nicolás Maduro. El hecho de ser el sucesor del Comandante Hugo Chávez Frías le otorga una responsabilidad sin precedentes.

No se trata de una persona, se trata del Plan de la Patria que Maduro podrá cumplir únicamente de la mano de los "desdentados", "tierrúos" choferes, estudiantes, campesinos, obreros..., es decir de los "proletarios uníos", como refería Carlos Marx.

Conocemos de la vocación y servicio del actual Jefe de Estado. Sabemos de su compromiso con los más pobres. Más aún cuando él viene de ese mundo: del barrio. No en balde Alí Primera aseguraba que la verdad de Venezuela no se encontraba en el Country Club, sino en las barriadas "con su gente y su inquietud".

Ahora, ¿cuál debe ser el rol del Poder Popular en esta nueva etapa de la Revolución Bolivariana? Sin duda que la vinculación directa con este proceso político-económico para hacerlo irreversible.

La revolución, en todo su concepto, exige cada día más sacrificios que se traducirán, necesariamente, en una mayor eficiencia. Por eso, Maduro, de la mano del pueblo, debe convertirse en el principal supervisor de las conquistas obtenidas en 14 años.

Esta figura contralora, conformada entre Maduro y el pueblo, valga la redundancia, debe precisar desde el hueco en la calle hasta la construcción de un nuevo Estado; tarea ardua que requiere del desprendimiento y la voluntad de todos.

Por ejemplo, me permito sugerir, las empresas recuperadas por la revolución son de vital importancia no sólo para hacerlas cada día más productivas sino que éstas constituyan un elemento de formación ideológica de todos los obreros. Esto contribuirá al factor multiplicador de la conciencia del deber social que tanto invoca el escritor Toby Valderrama, en su Grano de Maíz.

Los vicios, como en todo sistema dominado bajo la lógica capitalista, están allí: jefes con franelas rojas que actúan peor que Donald Trump, el magnate estadounidense; corrupción, prebendas y privilegios se pasean, cual ánima en pena, en muchas instituciones, incidiendo de forma negativa en la revolución. Gracias a las circunstancias, quienes promueven estos flagelos son pocos y muy fáciles de identificar. Es más, ya están identificados. Una inspección relámpago bastaría para eso. El caso de Helados Coppelia, revelado por Chávez, reafirma el comentario.

Cuando triunfó la revolución en Cuba –explica el Che– había una demanda importante de cuadros que asumieran las riendas de los espacios que anteriormente dominaban los capitalistas.

En Venezuela, en principio del proceso ocurrió lo mismo, lógicamente, pero en la actualidad la situación es distinta: Existen miles de cuadros formados bajo principios socialistas que deben asumir todas las trincheras de la revolución. Nada hacemos, con pintar de rojo una institución si prevalecen las mismas relaciones de producción guiadas por la cultura rentística, inoculada en nuestros huesos durante años.

Cuando el Che asumió la presidencia del Banco Central de Cuba, alguien, ingenuamente, le preguntó: "¿es usted economista?", a lo que éste respondió con una frase sencilla que recoge la sabiduría de todo líder de izquierda: "¡Yo lo que soy es comunista!"

Con Maduro ocurre algo parecido: Este "chofer", como despectivamente lo llama la burguesía, no tiene, quizás, formación presidencial, de hecho, pocos la tienen, pero posee algo que pocos también ostentan: bolas, desprendimiento y conciencia socialista, elementos indispensables para hacer una revolución.

¡Maduro!, el Comandante Supremo te dejó una tarea difícil, pero no imposible: construir el Socialismo bajo las condiciones objetivas y subjetivas existentes en Venezuela.

Tú solo no podrás, pero sabes que cuentas con un pueblo. Si Chávez confió en ti, mal pudiéramos dudar de tu conducta. Vamos juntos, pues, a golpear a los explotadores, a los burgueses, a los oligarcas, pero también erradiquemos los vicios que existen en los espacios revolucionarios. Si metemos la lupa a los "nuestros", en primera instancia, será más fácil neutralizar al enemigo principal.

Quien suscribe está dispuesto a asumir el reto, caiga quien caiga. Y tú, que lees esto, ¿ayudarás a Nicolás a construir un país Maduro?

¡Con Chávez tatuado en el alma!

@OswaldoJLopez

siguels@gmail.com


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Oswaldo López Martínez

Periodista de @CiudadVLC/ Moderador del programa #EnLaCumbre, por @RNVcentral 90.5 FM

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