Capriles, serio con una rabia resbalosa se la cantó a Maduro en un momento de emoción cuando arengaba con eufemismos viscerales al auditorio de un selecto grupo de actores de la farándula venezolana que como fascistoides de la intriga diaria y del chisme teatral del que viven fomentando las desigualdades clasistas de los pueblos con que se deleitan y se excitan dentro la novela de su perversión que los atrapa a diario en que siguen la trama que le escriben los canales del capitalismo que los compra y los contrata.
Motivo que los acercó con una bien determinada aceptación de intereses de ambos lados que con furioso respaldo le dieron al candidato caprichosito de la derecha violenta que soltó la prestada frase: “más vale pájaro en mano que cien volando” y, por lo que se sabe: todos los pájaros son alegres de trinos diferentes y cuando dejan de gorjear es porque están muertos. En cambio el pájaro de Nicolás, aunque le moleste, a Capriles, está vivo, ya que él lo vio y percibió su mensaje con claridad y entusiasmo y después voló y, como dicen los zulianos: volá pajarito volá y, el pájaro voló, pero, el mandado como misión expresa quedó y marcará la diferencia que mata de envidia a la oposición que no sabe cómo es eso: si los pájaros al volar no dejan rastro y, rastro predeterminado no hay que haga posible aceptar con objetividad caprilista lo narrado sobre el canto del pájaro y, sin haber estado ningún medio de comunicación presente en ese acto de dudas encerradas que comprobara el mensaje dejado por el pajarito que, lo más seguro como cierto debe ser que, se bajó de una nube de ilusión en que dormía Maduro y soñó, lo que también deberá ser llevado al detector de mentiras por sembrar dudas maliciosas.
Pero, como la oposición trata de controlar todo a su manera y a su merced se piensa que, el pájaro que le llegó a Nicolás Maduro en Sabaneta de Barinas, posiblemente, era un pájaro camuflado que vino del Norte a despistar a los chavistas que se la pasan pensando en pajaritos preñados y, que por lo tanto el CNE debe tomar cartas en el asunto y, debe ser materia a debatir por Vicente Díaz, como rector crítico que no debe aceptar rumores que puedan penetrar por los cables de las máquinas de votación que desvirtúe el proceso con esa forma ancestral de hacer campaña que bien puede poner entredicho las malas intenciones del voto maduro por el candidato del Gobierno: al tratar de confundir a la oposición a la MUD y a Capriles que, anda muy nervioso porque a él los pájaros lo asustan desde que el pájaro picón-picón se le metió una noche en su apartamento en Nueva York y no lo dejó dormir en paz por culpa de Nicolás, Nicolás.
Por eso hay que decirle a Nicolás en voz de don Quijote: “que tarde piaste pajarito” y, Nicolás se defenderá diciendo: que culpa tengo yo de ser sincero. Allá ellos –contratacará- que viven en caprichados y en vez de soñar con pájaros, sueñan con elefantes perdidos en el espacio de sus angustias y, que además el candidato caprichosito anda con un tiro en la ala izquierda que no le permite remontar el vuelo que le pase por encima al autobús que maneja el obrero autobusero que por orden del presidente Chávez sigue viento en popa y, que a él no lo deja conseguir el camino que desde que se lo trasladaron al más allá, lo tiene desorientado.
Además, como los pájaros hacen sus nidos donde mejor les parezca, se cree que el de Nicolás tiene su nido en la sabana de la esperanza, en que “el pueblo unido jamás será vencido”.
Y después de la victoria del 14-A habrá un pájaro venezolano recorriendo América que será el pájaro de la amistad infinita que entrelazará la cooperación de esos pueblos con la revolución venezolana en que el presidente Chávez volará alto bien alto en el siglo que corre y los siglos por venir con Nicolás presidente electo en que la Patria de Bolívar siempre será para el pueblo unido a la Patria Mía como la Patria grande, gracias a Chávez.
Y, por lo que se ve y se oye: el pájaro de Nicolás seguirá cantando alegremente.
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