1º La defensa de la democracia en Venezuela paras por defender su Carta Magna frente a quienes actúan o justifican las acciones contra la misma, es hoy para Latinoamérica y para las personas comprometidas con la democracia internacionalmente, un compromiso ineludible y perentorio.
2º La salida democrática a la insurrección anticonstitucional emprendida por Henrique Capriles y EEUU, es la defensa a ultranza por los demócratas, de dentro y fuera de Venezuela, de la Constitución venezolana, y la aplicación de su sistema legal para acabar con la insurrección antidemocrática.
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Luisa Morales, declaró el 17/04/2013 en rueda de prensa: La carta magna venezolana prevé la contabilidad automatizada y la auditoría de un 54 por ciento de los sufragios. La opción de un conteo manual del ciento por ciento de los votos emitidos en los comicios presidenciales, no está recogida en la Constitución. Quienes lideran la oposición llaman a engaño a sus seguidores cuando exigen la misma, al pedir un imposible constitucional, y con ello se incita a una lucha de calle sin fin. El excandidato Henrique Capriles y sus colaboradores debieron tramitar sus argumentos por las vías legales, ante la Sala Electoral o, de manera extraordinaria, la Sala Constitucional del TSJ.
Pero Henrique Capriles, no ha tenido ni tiene ningún interés en ajustarse a los procedimientos constitucionales pues sabe que si realiza formalmente la petición constitucional de la auditoría del 100% de las actas automatizadas, la misma va a confirmar el resultado de la auditoría del 54% ya realizada, y entonces se va a quedar sin argumentos para no reconocer la victoria de Nicolás Maduro, y con ello, las motivaciones para la desestabilización democrática dejan de tener razón de ser.
EEUU también está metido en ese juego antidemocrático alimentando propuestas inviables por ser anticonstitucionales para prolongar en el tiempo la inestabilidad. Las corporaciones mediáticas occidentales participan en el apoyo a la insurrección contra la constitución de Venezuela ignorando las noticias de los posicionamientos constitucionales de los máximos organismos institucionales de Venezuela y despreciando su Constitución.
Al parecer para EEUU y algunos mandatarios y medios de comunicación occidentales las únicas Constituciones que hay que respetar son las suyas, y lo que proponen para Venezuela es un limbo constitucional en el que los venezolanos debieran regirse por lo que digan Henrique Capriles y EEUU.
Si Henrique Capriles quiere cambiar el sistema electoral en Venezuela lo que tiene que hacer es ajustarse a los procedimientos democráticos establecidos para reformar la Constitución y no pretender subvertirla negando su vigencia e ignorando a las instituciones jurídicas de Venezuela.
La salida democrática a la insurrección anticonstitucional emprendida por Henrique Capriles y EEUU, es la defensa a ultranza por los demócratas, de dentro y fuera de Venezuela, de la Constitución venezolana, y la aplicación de su sistema legal para acabar con la insurrección antidemocrática.
La actuación de Enrique Capriles y EEUU en Venezuela recuerda al guión desestabilizador seguido por la derecha Chilena en 1970 tras el ajustado triunfo en las elecciones presidenciales de Salvador Allende del PS con 1.075.616 de votos, frente al candidato de la derecha Jorge Alessandri Rodríguez con 1.036.278.
Actualmente, la derrota de las fuerzas patrióticas democráticas en Venezuela supondría un retroceso democrático enorme para el continente Latinoamericano.
Por ello, la defensa de la democracia en Venezuela defendiendo su Carta Magna frente a quienes actúan o justifican las acciones contra la misma, es hoy para Latinoamérica y para las personas comprometidas con la democracia internacionalmente, un compromiso ineludible y perentorio.
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