Astrolabio

La revolución se salva o muere en las regiones

Una de las variables que surge del proceso del 14-A es la importancia estratégica de los liderazgos regionales, a los cuales se les restaba importancia, por el peso del gran conductor Hugo Chávez.

Después de las últimas elecciones los espacios territoriales en las regiones han cobrado importancia para sostener la revolución.

Vamos a depender de la respuesta política que exista en las regiones, sobre todo en estados como Anzoátegui, donde la oposición tuvo un crecimiento porcentual bastante importante.

Esa fortaleza para enfrentar la nueva arquitectura política, y mantener los espacios conquistados, está ligada al papel de vanguardia que debe jugar la principal fuerza organizada de la revolución, y su capacidad para agrupar alrededor del proyecto social a otros actores del país.

Se necesita una dirigencia que pueda visualizar la complejidad del momento político, y garantice desarrollar labores prácticas de apoyo a los líderes regionales, y profundizar la vinculación de esos liderazgos con el diseño de las políticas que plantea el presidente Nicolás Maduro.

Es infantil despreciar el crecimiento político de la oposición en los últimos años. Si las organizaciones revolucionarias no comienzan un proceso de acumulación de fuerzas en los estados, la revolución corre el riesgo de naufragar.

Recordemos que Acción Democrática pudo crecer y hacerse fuerte como partido después del golpe contra el presidente Medina Angarita, a través de un trabajo de penetración en las zonas rurales, sobre todo en el oriente del país, donde logró consolidar una amplia base social.

Es imperdonable que teniendo veinte gobernaciones y la mayoría de las alcaldías del país, las fuerzas de la revolución no puedan articular una base de apoyo práctico que garantice la continuidad y defensa del legado histórico de Hugo Chávez.

La victoria electoral de Maduro debe aprovechar la fortaleza de haberse consolidado territorialmente desde las parroquias hasta los estados, con una votación de aproximadamente el 60%. Ese apoyo debe profundizarse con orientaciones definidas, y especificas que puedan adaptarse a las características de cada región.

Es hora de ir al detalle del socialismo y replantear con el gobierno de calle, la construcción de un nuevo modelo productivo que desde las localidades pueda derrotar la dialéctica productiva del capital, y desterrar definitivamente la posibilidad de que el neo fascismo suba al poder político por vía electoral.

Es necesario abandonar la práctica de intentar recrear la política desde un teléfono corporativo, y desde grandes salas situacionales, la tecnología debe ser puesta al servicio del ejercicio cotidiano de la política que se hace en la calle.

Para lograr el objetivo de la consolidación regional de la revolución, es urgente comenzar a hacer política estratégica, y defenestrar el sectarismo que tiene su expresión natural en la incapacidad práctica de nuestros dirigentes, para construir algo distinto a las calumnias, e infamias contra otros camaradas.

Solo si se entiende la responsabilidad histórica, y se trabaja por superar las profundas deficiencias ideológicas y políticas, podemos construir y consolidar desde las regiones el triunfo definitivo del proyecto bolivariano.

figuera-prensa@hotmail.com


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Luis Figuera


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