El concepto de la Campaña Admirable en la geopolítica bolivariana

Con una gran conciencia revolucionaria, el Libertador, Simón Bolívar, va denominando sus gestas y acciones, sus ideas y proyectos; el primero de ellos es el llamado Manifiesto de Cartagena en 1812, y el segundo, en 1813, la llamada Campaña Admirable. Luego nos encontraremos con la Retirada a Oriente, la Carta de Jamaica, la Invasión de Los Cayos, El Paso de Los Andes, la Liberación del Sur, El Congreso de Angostura, La Proclama de Ayacucho, el Decreto con el que se funda a Bolivia, el Congreso Anfictiónico de Panamá y finalmente el Congreso Admirable. Sin tomar en cuenta en este listado, todas las batallas memorables que se escenificaron en Venezuela, Nueva Granada, Ecuador, Perú y el Alto Perú.

Era un genio de la propaganda y de las ideas revolucionarias. Y tuvo que hacer de la nada una república, porque ya en la Carta de Jamaica advertía que el papel de lo que se podía llamar “pueblo” entre nosotros, era el de gente que vegeta, gente que entonces no ocupaba otro lugar en la sociedad que el de siervos o el de simples consumidores. En plena guerra hubo de decir, que el pueblo estaba representado por los soldados en armas que estaban dispuestos a derramar su sangre por la Independencia. Se ve que Bolívar recelaba de los leguleyos que, a fin de cuentas, fueron los que acabaron desintegrando su proyecto de la Gran Colombia.

Aquello de la multiplicación de los panes, fue para Bolívar un milagro que se hizo cotidiano.

Dando pasos muy débiles nos rebelamos contra el poder español el 19 de abril de 1810. Con el fracaso del Generalísimo Francisco de Miranda el 25 de julio de 1812, Venezuela regresó al sistema colonial; en noviembre de ese mismo año, Bolívar solicita pasaporte para Curazao y desde allí viaja a Cartagena de Indias. Puede decirse que Bolívar pierde el sueño y el reposo para siempre, al entrar en un laberinto de terribles sufrimientos y dudas sobre el destino del Nuevo Mundo. Nadie pareciera interesarse por nuestro destino. Está claro que Estados Unidos no apoya en absoluto nuestra lucha de independencia. La Europa toda esta conjurada para que vivamos como colonias de sus imperios. Escribe Bolívar sin cesar documentos y cartas, panfletos e ideas que dirige a todo aquel que pueda llegar a sentir alguna clase de piedad y compasión por el estado de esclavitud en que se encuentra nuestro continente. Sin ejército, sin dinero, sin recursos de ningún tipo, sólo puede contar con su talento, con su valor y con su genio políticos.

En el Manifiesto de Cartagena se rebela ante el Congreso de la Unión Granadina como un profundo visionario, pero esto no basta. Debe dar pruebas de que además es un estratega militar para que pueda recibir la ayuda que solicita, y así invadir Venezuela con soldados neogranadinos. Entonces en febrero de 1813 derrota en Cúcuta a Ramón Correa. En marzo es nombrado Brigadier de la Unión (en la Nueva Granada), y el 7 de mayo recibe del Congreso neogranadino el permiso para avanzar sobre las Provincias de Mérida y Trujillo. Penetra el territorio venezolano con unos quinientos soldados en su gran mayoría neogranadinos.

El 10 de mayo, como Comandante en Jefe, lanza en San Antonio del Táchira la proclama de Guerra, e inicia desde San José de Cúcuta su marcha hacia Mérida.

Entre La Grita y Bailadores, algunos oficiales neogranadinos entran en pánico ante las pretensiones de un endemoniado venezolano que los lleva sin remisión ninguna a una muerte segura; se le amotinan entonces los oficiales neogranadinos Francisco de Paula Santander y Manuel del Castillo y Rada. Simón Bolívar conmina a Francisco de Paula Santander a definirse, pues éste no quiere obedecer sus órdenes y quiere regresar de nuevo a su país. Bolívar le dice entonces:

—No hay tiempo que perder ni otra alternativa: o me fusila usted, o lo fusilo yo.

Tanto Santander como Manuel del Castillo y Rada, humillados y desamparados, regresan al territorio granadino. Ante este hecho, el presidente del Congreso de la Unión, el doctor Camilo Torres, calificará a Santander de cobarde.
Existe un hecho político y militar fundamental en aquel proyecto que se llamó la Campaña Admirable, y que muy bien consigue explicar en su obra sobre Bolívar, el escritor Rufino Blanco Fombona. El futuro Libertador concibe que sin una coalición de factores humanos de los distintos países que conforman el continente, será imposible lograr una paz duradera, un respeto en el mundo y una estabilidad para los países liberados. Por eso va y solicita ayuda a los neogranadinos para independizar Venezuela, y cuando este objetivo sea obtenido, él entonces, con soldados venezolanos, regresará a liberar a la Nueva Granada y avanzar hacia el sur para lograr la total emancipación del Nuevo Mundo.

Ya en aquel gesto de la Campaña Admirable venía implícito el concepto de la Patria Grande del cual se habla tanto en estos tiempos. Bolívar habla en 1813 de “completar el equilibrio del mundo”. De salvar la revolución, fundar estados fuertes, crear el derecho de las Nacionalidades sobre el derecho de conquista, reducir los conflictos internacionales por medio del arbitraje (exactamente lo que se propone hoy la UNASUR), establecer la libertad, la democracia y el sistema republicano en la cuarta parte del planeta donde antes reinaban el coloniaje, la teocracia y la monarquía absoluta.

Era un proyecto más o menos parecido al que hoy mismo seguimos empeñados en sostener: levantar todas las colonias del mundo contra las Metrópolis, poner al mundo en pie de igualdad. Redimir al Nuevo Mundo, y levantar a éste contra todo el imperio europeo. Bolívar incluso pensó en ir a Filipinas, a Cuba, Puerto Rico e incluso a la propia España para liberarla de los tiranos. No olvidemos que los imperios en Europa desataron una guerra atroz contra nuestros pueblos americanos, en aquel proyecto que se denominó Santa Alianza que hoy no es otro que la OTAN, la organización del Atlántico Norte, al cual se está pensando adherir en estos momentos, Colombia. Con la Santa Alianza, pensó España recuperar aquellas colonias que estaban siendo liberadas por Bolívar.

Aquel simple y casi desconocido Brigadier de la Unión de la Nueva Granada, pensaba en plena Campaña Admirable, hacer de América Latina, según refiere en sus trabajos Rufino Blanco Fombona, el complemento de Europa. Ambos en pie de absoluta igualdad para conservar en palabras del propio Libertador el equilibrio de los continentes. Esto, traducido en el sentido geopolítico que luego implementaría el Presidente Hugo Chávez no es otra cosa que el mundo Multipolar. Decía el Comandante Chávez que nuestros países del llamado Tercer Mundo reclaman y construyen independencia, sin tutelaje de ningún poder extranjero. Los pueblos exigen respeto a su soberanía.

Y que además vivamos en un mundo que no esté marcado por dos polos, mucho menos por un polo; que nuestros pueblos han sido víctimas del mundo bipolar y también del mundo unipolar. Que no queremos unipolarismo, sino un mundo multipolar. Decía Chávez: “Venezuela juega su papel, modesto pero digno, requerimos que se consolide el mundo pluripolar, lo que Simón Bolívar, nuestro Libertador llamaba “el equilibrio del mundo”, y que fue precisamente pensado y analizado durante aquellos días de la gesta de la Campaña Admirable, en 1813, cuando pasaba por Mérida y Trujillo.

Todas estas ideas y proyectos que nacen al calor de una guerra atroz, de una guerra a muerte, están plenamente vigentes hoy en día, cuando se desata una campaña mundial contra Venezuela, idéntica a la que la Santa Alianza europea propagó para que el imperio español esclavizara de nuevo el continente americano.
La Campaña Admirable está llena de gloria y de amor. Habrá que recordar todos los días aquel gesto de Antonio Ignacio Rodríguez Picón, quien le entrega su hijo para que sirva a la república, y al muchacho se lo matan en plena batalla, y entonces el Libertador le escribe diciéndole que no lo llore porque el amor a la patria es superior al amor de la familia.

Porque Bolívar también vino en aquella época a dividir a la sociedad, y la más ejemplar división la dio con el Decreto de Guerra a Muerte, cuando muchos criollos andaba del lado de los realistas asesinando a su propio pueblo. Crear conciencia es dividir la sociedad porque entonces había muchos criollos que creían de muy buena fe que sus verdugos, sus expoliadores y asesinos eran buenas personas, y buscaban el bien para nosotros. Por eso hubo venezolanos que siguieron a terribles asesinos realistas como Boves, Zuozula, Cerveris, Tizcar, Calzada, Morillo, etc.
Dice el historiador neograndino Indalecio Liévano Aguirre: El deseo de establecer una situación privilegiada para los americanos, aunque fueran enemigos, y una guerra sin cuartel contra los españoles, así fueran indiferentes, revela muy a las claras el propósito de Bolívar de crear una frontera definitiva entre España y América, de la cual se engendrara la conciencia americana frente a la Metrópoli. A la lucha de razas y de castas desatada por los caudillos españoles, que había hecho de la guerra de emancipación una guerra civil entre americanos, Bolívar contestaba con la guerra a muerte, destinada a transformar la lucha en una mortal contienda entre españoles y americanos, a unificar al Nuevo Mundo frente a la Metrópoli conquistadora.

Que esta forma de guerra obedeció a la necesidad de establecer una tajante separación entre España y América, para poner término al engrosamiento progresivo de las tropas realistas con nativos del continente, y evitar el paso de desertores de las fuerzas republicanas a las del monarca hispánico...

Bolívar, como el Jesús de Nazaret, también vino a la tierra a dividirnos entre patriotas y los que no tienen o no les interesa la patria o que la odian por malvados o ignorantes. Bolívar con ese Decreto puso en su lugar a cada quien, fue un supremo acto de conciencia revolucionaria. Los que andaban con los españoles, con los invasores y colonizadores no podían estar con la patria, y punto. Y colocó en su justo lugar a los realistas: “Españoles y Canarios contad con la muerte aún siendo indiferentes....”

Porque había que pulverizar aquel mundo de servidumbre y miserias, porque -como decía Marx -las ideas de la clase dominante eran las ideas que dominaban en aquella época.

No hay unión ni paz posible entre los explotadores y los explotados. Entre los invasores y los sometidos. También la conciencia del esclavo que se resiste a ser liberado, debe ser enfrentada con determinación y sin ambages, porque su indiferencia es totalmente peligrosa para la paz de la república, además de ser absolutamente irresponsable y criminal. Aquel odio que fue un instrumento de lucha fue creado por un hombre que nunca odió.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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