Entre los tantos artículos publicados por este portal (aporrea, tan vital y necesario en los momentos actuales), dos análisis de lo que acontece en Venezuela me han dejado asombrado y a la vez complacido. El primero es el realizado brillantemente por J.Biardeau:
“Gran Polo Patriótico”: ¿Alianza Popular Revolucionaria o Alianza Popular Reformista? Javier Biardeau. http://www.aporrea.org/
El segundo, es el que realizó el combatiente revolucionario David Nieves en 1980 (es decir hace 33 años):
Los que se subieron y los que treparon. David Nieves http://www.aporrea.org/
Ambos escritos presentan ciertos paralelismos y analogías: en ellos se confronta el momento histórico específico venezolano con profundidad y sobre todo, con la sinceridad necesaria para que los eufemismos no diluyan el mensaje, como lo señala Biardeau...cito:
Porque hay otras opciones, entre las cuales se cuela utilizar las palabras de Chávez en concierto de conveniencia: un Chávez-“Tres raíces”, por aquí, un Chávez-“desarrollo endógeno”, por allá, un Chávez-“mesa de diálogo con empresarios”, un Chávez-“salúdame a Bill Clinton” por acá, un Chávez-“el nuevo mejor amigo de Venezuela”, y así cada quien con su prototipo de Chávez-“significante vaciado” para que no existan antagonismos, sino una proliferación infinita de diferencias sin antagonismo. Pero el problema es que Chávez planteó una postura antagónica: Chávez anti-imperialista, Chávez anti-neoliberal, Chávez anti-capitalista. ¿Qué queda de ese Chávez, en el gobierno que preside Nicolás Maduro? Esperamos que sea mucho.
Evidentemente, como dice Biardeau (refiriéndose a los acomodaticios de siempre), cada cual toma el Chávez que mejor le conviene a la hora de justificar sus acciones y sobre todo, justificarlas con el argumento casi inexpugnable de una “coyuntura” internacional.
Pero en ambos escritos salta a la vista que el problema de la “Conciliación de Clases”, en el entendido de que el trasfondo de la lucha revolucionaria es la confrontación de estas, ocupa el sitial preferencial:
Nieves...cito:
Se trata de que la democracia burguesa, para poder subsistir, necesita por cortos periodos dar cierto margen de libertad, pero no como una concesión graciosa, sino como parte de las victorias que el movimiento popular le arranca o logra conquistar. Esta etapa debe ser usada como parte del proceso de reorganización y preparación de las fuerzas, para presionar por mayores libertades o bien para enfrentar la violencia reaccionaria que el sistema genera como una forma de contener, por la vía de la represión, la lucha de los explotados.
Y luego, a partir de su propia experiencia (y diría yo la de nos-otros, la de esa izquierda revolucionaria que algunos dirigentes afectos al gobierno [y cierta militancia del PSUV], concretamente el ala de los funcionarios y uno que otro contratista, tratan de descalificar tomando como ejemplo entuertos como Pompeyo Márquez o Petkoff) Nieves señala:
el tránsito de la lucha armada a la lucha pacífica no significa suponer que no se tiene la claridad suficiente para no saber la diferencia que hay entre una clase y otra, por no distinguir el espacio que ocupan en el sistema de producción,
...una coyuntura compleja, donde un importante sector de la izquierda permanece impávido, otros yacen embadurnados de parlamentarismo que los incapacita para la victoria. Para ese sector, irresponsablemente, la lucha armada está colocada al margen de la lucha de clases.
Es obvio que David Nieves no escogió este texto de su muy prolífico arsenal por pura coincidencia, al azar; es que pareciera que fue escrito hace tan solo unos años, justo después que el comandante Chávez irrumpiera aquel 4 de Febrero...porque, si no lo han ubicado...ese 4 de Febrero de1992 fue la última expresión de la LUCHA ARMADA que iniciamos muchos venezolanos desde el mismo momento de firmarse el acta de independencia y que ha atravesado varias etapas y que se vio de nuevo evidenciada como forma de lucha, por lo menos potencialmente, el 12 y 13 de abril del 2002, diez años y doce meses después.
Ambos escritos (Biardeau y Nieves) son suficientemente claros en cuanto al papel de las formas de lucha que presentan las diferentes etapas por las que atraviesa un proceso revolucionario (en este caso, el venezolano): Biardeau hace hincapié en las formas de lucha propias de la sociedad burguesa tomando como modelo el APRA de Haya de la Torre en Perú y su papel en la pacificación de las luchas revolucionarias en ese país, modelo que fue utilizado posteriormente por un sector muy importante de la izquierda latinoamericana y que tuvo en Venezuela su máxima expresión durante los años de la llamada “pacificación” impulsada por el ex-presidente Caldera...cito:
“El aprismo niega la posibilidad de la dictadura del proletariado que no puede ser efectiva en países de desarrollo industrialmente incipiente y en donde la clase obrera es rudimentaria y no ha llegado a la madurez para abolir de un solo golpe la explotación del hombre por el hombre, imponer la justicia social, el socialismo en una palabra.
Esta fue una operación fundante del llamado nacionalismo “de izquierda” pero “reformista”: postular la validez de la teoría “económica” de Marx y la invalidez de su teoría “política”, planteando así la posibilidad de que un gobierno nacionalista (burgués) lleve adelante una política económica “marxista”. Eso sí, sin expropiar a la burguesía ni al imperialismo. En aquel entonces, las “nacionalizaciones de los principales medios de producción” eran casi las políticas axiomáticas de las izquierdas revolucionarias.
El modelo Aprista, con su consecuente nacionalización de industrias básicas, fue el elegido por Carlos Andrés Pérez, excelente discípulo de Rómulo Betancourt en aquello de neutralizar las rebeliones y favorecer políticas imperiales [el fifty-fifty petrolero] a partir de un discurso de redención social. Esto se manifestó cuando se erigió como líder continental al nacionalizar empresas básicas (nacionalización “chucuta”, pero muy efectiva económica y políticamente como mecanismo para apuntalarlo), con gran respaldo mediático de la época (aunque no lo recuerden) y, con una capacidad financiera que le permitió neutralizar el ascendente movimiento popular que se recuperaba de la derrota recibida durante los años de la efervescencia de la Lucha Armada.
Lo que expresa David Nieves es su brillante reflexión de 1980 denota preocupación por la falta de precisión analítica de algunos luchadores sociales, es decir, no se niega el avance de las fuerzas hegemónicas...cito:
Ahora la táctica ha variado, pero no por razones de capricho, sino que la coyuntura lo ha hecho y nosotros hacemos un serio esfuerzo por ponernos a tono con ella. El paso pues de la lucha armada a la lucha pacífica, es una consecuencia de la derrota. La burguesía ha logrado la legitimación del sistema y puede hacer uso de la legalidad en las relaciones de las clases, sin que se ponga en peligro esa dominación, ni por lo tanto, las relaciones de explotación y opresión vigentes.
Pero el “ponernos a tono con ella” no significa claudicar ni ejercer prácticas entreguistas que ocasionen cargas significativas para la recuperación del movimiento popular.
Hoy, cuando pareciera que en este país la crítica o análisis socio-político revolucionario, y los discursos tendientes a colaborar para aclarar el panorama TOTAL de la sociedad venezolana estorban, se presenta una tesis que ni siquiera me atrevo a llamar “conciliadora” y que bien la define un muy conocido analista.. con cierta dosis de histrionismo...cito:
Porque Venezuela fue un país de adecos y copeyanos. Ellos ganaban las elecciones por aplastante mayoría. Normalmente entre ambos llegaban cerca del 95 por ciento de los votos. Sí, es verdad, nos hacían trampas y nos quitaban algunos sufragios, sobre todo fuera de las grandes ciudades, donde la izquierda no tenía ninguna maquinaria.
Convirtiendo el proceso de transformación social en un aparente y sencillo “trasvase” de elementos votantes, sin importar su perfil ideológico o lo que es peor: su condición humana ...luego remata..cito:
Entre nosotros abunda un sectarismo imbécil, ramplón, que ignora los hechos. Claro que estamos llenos de ex adecos y ex copeyanos. Si no fuera así, seríamos otro partidito del 5 por ciento.
Coño, al que se venga pa'este lado hay que recibirlo con los brazos sinceramente abiertos.
Chávez murió y si los chavistas no aprendemos a jugar cuadro cerrado, tendremos menos futuro que un espía sordo. En lugar de apuntalar este proceso, nos metemos en intriguitas pendejas, descalificaciones y, peor aún, en involuntarios difusores de mentiras.
Mientras que Biardeau y Nieves (así como Acosta, García, Denis, Grano de Maíz y muchas organizaciones del movimiento popular) impulsan la lectura a profundidad de los peligros que representa la DESCOMPOSICIÓN DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO EN TIEMPOS DE REFLUJO O DERROTA...O CRISIS PRODUCIDA POR LA MERMA ELECTORAL..otros, se limitan a señalarlos como “difusores de mentiras”, como protagonistas de lo que una vez un funcionario del alto gobierno expresó para referirse a dos extraordinarios luchadores sociales : tontos útiles de la CIA.
Quienes defienden la tesis que acusa a los analistas citados de “sectarismo imbécil, ramplón”, son justamente los que amparados en el discurso unionista, se posicionan y posesionan de espacios que, terminan siendo manipulaciones habilidosas del discurso político en aras de ventajosos modos de protagonismo para sus lucros personales.
Esto último se parece un tanto a lo que pregona mundialmente el “Zar” de las orquestas...no importan los valores que encierre un significante...lo que importa es mantenerlos a la palestra ataviándolos de acuerdo a la oportunidad, de cambiar la indumentaria, las posiciones y lugares de enunciación...siempre quedarán en el lugar hegemónico, perpetuando los valores de la subalternidad...conciliando...para no hablar de posiciones ideológicas de clase.
En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la Reina Fortuna
que tendrá que madrugar.
Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.
...Suéñeme, pues, cataclismo,
sueñe golpe largo y sed,
sueñe todos los abismos,
que de otra vida no sé.
Sueñe lo que hago y no digo,
sueñe en plena libertad,
sueñe que hay días en que vivo,
sueñe lo que hay que callar.
Sueñe la talla del día,
—del día del que fui y del que soy—
que el de mañana, alma mía,
lo tengo soñado hoy.
Silvio Rodríguez. (1974)
Salud!!!
diegosilvasilva@cantv.net