Con relación al encuentro de Elías Jaua con John Kerry de Estados Unidos y José Manuel García de España
No podemos negarnos las relaciones internacionales que se hagan con países que años atrás no teníamos, todo lo que vendrá si es en beneficio de la paz debe hacerse, Chávez en su momento trato de mantener relaciones con presidentes de la derecha y hubo indicios de mejoría que después decayeron.
Debemos recordar el encuentro que tuvo Chávez con Obama, cuando incluso le regalo el libro de las Venas Abiertas de América Latina de Eduardo Galeano. Si luego no se pudo concretar la conversación fue por otras causas que emergieron con el correr de las habladurías, cuentos o mentiras inventadas por los mismos opositores e interés políticos de los Estados Unidos. Enmarcados en el interés propio del mencionado país por nuestro petróleo.
Muchas veces nos perdemos en buscarle las 5 patas al gato, cuando se toman decisiones que creemos que Chávez no las hubiese hecho, pero debemos recordar que muchas de las estrategias que se están realizando fueron planificadas por él mismo, dejando instrucciones precisas para los cambios, consolidaciones y alianzas que se debían realizar.
Los diálogos no son malos, más bien buscan desarmar cuentos que han creado otros negándonos poder vivir en paz. Ninguno de los que sentimos la revolución hasta en las viseras, debe creer que la conversación con Elias y Kerry fue un Pacto de Azufre, y si así lo creyesen deberían reflexionar y buscar otra escalera porque se les esta desbaratando la que tienen.
La oposición busca orificios para introducir su cizaña y desestabilizar nuestros fundamentos, no podemos caer en sus garras. Debemos mantenernos unidos y darle un voto de confianza al gobierno, apoyando las gestiones que hagan.
No es tarea fácil continuar sin el líder, no ha sido cómodo para nosotros que somos minúsculos revolucionarios que no hemos ellos nada o casi nada por la revolución, y que nunca estuvimos cerca de Chávez, sobrellevar su partida física, como esperar que ellos, su equipo, trabajen, sin ni siquiera tomarse los días para el duelo necesario que todos tuvimos, quizás pueden haber tomado decisiones no tan simples, ni tan acertadas. Sin embargo debemos apoyarlos.
Nuestro deber es estar atentos a los resultados de esas conversaciones y continuemos en la unión para que prevalezca en nosotros el apoyo absoluto al Presidente, la asertividad de ese hecho debería transcender al reconocimiento de ambos, desde el congreso y del ministerio al que pertenecen cada uno.
La unión da fortaleza y seguridad a cualquier tipo de organización, muchas veces deben soportar huracanes, temblores y su precisión a continuar firme radica en el tamaño del abrazo que se den. Démonos un fuerte abrazo bolivariano y consolidemos juntos la unión venezolana con todos los países del mundo.