Ya no creo en los discursos de nuestros políticos por diversas motivaciones que nos dirigen en un solo sentido hacia el engaño. De verdad, no veo el protagonismo de años anteriores y solo observo un declive más profundo en nuestra economía y la gente solo compra algunos rublos alimentarios, ante el temor de no aparecer en los estantes del mercado, si no llegan los barcos, simplemente nos hemos convertido en una economía de puertos.
Ya hay que hacer noche, para irnos a cualquier institución pública para sacar cualquier documento que hacen difícil cualquier tramitación sencilla y, no hablar de las colas para comprar la cesta básica, muchos ciudadanos prefieren irse a poblados para conseguir algún producto que oferta el gobierno bolivariano y producido en el país, la mayoría son importados.
Es un problema que nos afecta a todos, en meses anteriores se habló de expropiación y un empuje al cultivo de tierras, ojala que nuestras riquezas no se conviertan en pobrezas, en la calle observamos puras sonrisas caníbales que solo buscan que el gobierno los dote de haciendas y casas de campo para veranear, mientras afuera, otros se mastican los dientes por el frio.
Hay que revisar los listines de favorecidos por el gobierno, que en vez de cerdos y gallinas, producen es pereza y ver los renacuajos salir de sus peceras de agua. No es una puntilla o critica. La idea es administrar con fuerza y dulzura los bienes del Estado Bolivariano, me causa estupor que países como Ecuador nos envíen pastas y pequeñeces. Simplemente, necesitamos un cambio de rumbo y tiene que ser socialista a la manera como lo indica Mario Silva y miles de venezolanos en la calle, da vergüenza que antiguos camaradas hablen mal, por la carencia de disciplina de nuestros gobernantes.
