SOSTENER LA OFENSIVA INTERNACIONAL
La estrategia de la Oposición dirigida a golpear la fortaleza de la política exterior de la Revolución Bolivariana para producir su aislamiento está siendo derrotada.
La firme y rápida respuesta dada al Gobierno colombiano frente a la provocación calculada que significo el recibimiento del candidato perdedor en Bogotá; el encuentro de los Cancilleres Jaua y Kerry que muestra la disposición de los Gobiernos de Venezuela y los EEUU de restablecer las relaciones diplomáticas bajo un clima de respeto a la soberanía de cada país; la negativa del Gobierno de México a no repetir el error de Colombia; el exitoso encuentro del Presidente Maduro con el Papa Francisco en el Vaticano, y el resto de su gira por varios países de Europa, han fortalecido el reconocimiento de la plena legitimidad que el pueblo venezolano le otorgó el 14 de Abril.
El plan opositor ha sufrido un revés, pero no está totalmente sepultado. No olvidemos que tienen poderosos operadores en el escenario internacional, y aliados en algunos gobiernos que sueñan con el restablecimiento de la vieja correlación de fuerzas que existía en América Latina hace una década.
La línea debe ser mantener la ofensiva permanente, tal como la sostuvo el Comandante Chávez, sin bajar la guardia, con una política de respeto a la pluralidad pero conscientes de que nuestros intereses son radicalmente diferentes a los que defiende la derecha continental.
Nuestras embajadas deben asumir una posición de vanguardia en la difusión de lo que pasa realmente en nuestro país. No pueden permanecer pasivas frente a la política de ataque permanente de los voceros de la oposición. En cada país, nuestros funcionarios diplomáticos deben enfrentar las mentiras de quienes sostienen la campaña de desprestigio del Gobierno Bolivariano, como complemento del enorme esfuerzo que realiza el Canciller Elías Jaua.
No olvidemos que una de las virtudes del Comandante Hugo Chávez fue haber convertido la política exterior en una perfecta continuidad de la política interior, en la perspectiva de totalidad orgánica desde la cual concibió la consolidación de la Revolución Bolivariana.
La suerte del proceso venezolano, con Nicolás Maduró al frente, está conectada indefectiblemente a la ofensiva política permanente que seamos capaces de desplegar a escala continental y mundial. Esto no podemos perderlo de vista ni un instante, porque nuestros enemigos lo tienen perfectamente claro y no descansan.
(No se remitio correo del autor)