¡Qué tal, camarada! Felicitando a Maduro por su eficiente acción de gobierno, el mismo que está siendo conocido por sus propios compañeros de ministros.
Yo y muchos con un poco de intuición apostamos a que Nicolás resultará tremendo Presidente. Lo manifestamos en diversos artículos y en lo personal desde que el Líder-Presidente lo seleccionara como el candidato de todos.
Chávez no aceptaría equivocarse para esa situación tan compleja que sobrevendría a su desaparición física. Y he replanteado, en este caso, que los alumnos superan a los maestros.
Y es que el maestro de maestros, Chávez, repito, formó por varios años a Nicolás. Basta escuchar su apreciación en el mensaje de selección.
Con planes establecidos, con dedicación, con eficiencia, con equipos bien coordinados -e ir deslastrándose de los lacrosos- seguro que cumpliremos con los sueños del “comandante supremo” que son los de muchos de nosotros.
Ah, pero tenemos un ala agarrada. Un ala que quieren golpeárnosla para que no volemos libremente. Las manos no son manos, son garras que se aferran siempre a lo que no les pertenece, son de la gran águila calva, y es llevada a su posición depredadora por una manada de cochinos que, en fuerte contraste animal, se animan en la apatriaridad.
Son los y las cochinas que acostumbrados a comer en un estercolero no aceptan que los venezolanos y venezolanas nos demos un nuevo gran país, con solidaria visión americanista, y seamos soberanos, todos soberanos.
Han hecho todos los esfuerzos por destruirnos, casi matan a Chávez en 2002 (hasta que lo lograron en 2013) y cumplieron con la mayor nefanda tarea que tipejos rastreros pudiesen acometer contra su gente y su país: dañar a su principal industria.
No olvidaremos jamás la mayor estupidez y el mayor asesinato económico que lograron con el paro petrolero. Por eso, aunque no queramos sentir odio entre connaturales no les perdonaremos la vileza de esa acción increíblemente sucia.
Chávez los perdonó, nosotros no.
Y donde estén, ya en USA o en Colombia, o acá disimulados dentro de PDVSA, siguen jodiendo.
Siguen jodiendo y tramando la disolución de nuestro gobierno, y conspiran con los no petroleros de aquí (y los de las transnacionales) que se entregan por un puñado de dólares, unos para aumentar sus fortunas y otros, los lambucios, para seguir chupando medias para seguir como zombis de la politiqueadera.
¡Caramba! siento como que me invadió el espíritu de Nolia.
Pero no es para menos. Es que se nos revuelve el estómago observar tanta mezquindad junta, y cómo la mezclan con el envenenamiento de las mentes débiles que, además, son arrastradas por las angustias de las posiciones adversas (bien organizadas) a que las someten: desabastecimiento por acaparamiento, sobreprecios, guerra mediática, etcétera.
En verdad soy de los venezolanos socialistas que aún el apasionamiento por nuestro proceso, por Chávez, y con tanta mierda que nos echan, que saluda y trata a la mayoría de opositores.
Por supuesto, no le di la mano a Ledezma que una vez me extendió confundiéndome con los aduladores que lo visitaban en el Colegio de Ingenieros de Venezuela, en los Caobos, espacio entregado a la oposición. Recuerdo ver por TV, allí en el CIV, reuniones y hasta mítines de Ismael García. ¡Qué tristeza de colegio!
Por eso hay que espiarlos siempre, como sea, no darles tregua al vigilarlos, acabaron con Chávez envenenándolo con apoyo internacional; quieren matar a Maduro, disfrutarían de todo cuanto nos perjudica, son la perversión y la maldad juntas, etc.
Por cierto, ayer le escuché en la radio matutina al gordo pelón –no gallo pelón- de Éxitos, Rondón, en la lectura y comentarios de las noticias, disfrutar al decir con sorna que Maldonado, el joven piloto que se inicia con una escudería con fallas, no pega una ni en los Próceres.
Así es que a pincharles los teléfonos (y lo que podamos), a escuchar las conversaciones desde camionetas con la mejor tecnología de grabación, con helicópteros, con lo que sea, y que protesten pero no les dejaremos la golilla de hacer lo que les de la gana contra nosotros.
Son unos C´M, de ahí María CM
Concluyo este artículo asqueado de miserias pero con el coraje de Maduro y el inolvidable Chávez feliz por lo que nos ocurre.