Un Maestro entre nosotros

Fruto Vivas y sus frutos

HONOR A QUIEN HONOR MERECE

Escribo esto por lealtad, admiración y respeto hacia el Maestro Fruto Vivas, recientemente vilipendiado por ciertos burócratas a partir de algunas muy justas críticas que hizo en una entrevista, en relación a ciertas fallas que tiene, en Caracas, la construcción de viviendas para el pueblo, proyecto tan querido para el Presidente Chávez, quien dijo muchas veces que las urbanizaciones construidas debían contar con los necesarios espacios para los niños, para el esparcimiento y las relaciones sociales de sus beneficiarios, y fundamentalmente con la organización del Poder Popular.

La gente a cargo de eso sólo ha cumplido en parte, con la idea de que los favorecidos debieran darse con una piedra en los dientes porque están recibiendo algo que jamás el neoliberalismo les habría permitido, lo cual no deja de ser verdad, por cierto, pero muestra una subestimación crasa al pueblo necesitado e incumple una parte fundamental del objetivo del Comandante, que puede consultar quien quiera en los numerosos videos y escritos que Chávez nos legó.

Si hay alguien que tiene derecho a criticar constructivamente la Misión Vivienda Venezuela, teniendo conocimiento de causa, es Fruto Vivas, quien tiene una la visión de la arquitectura, no como una manera de construir simples estructuras, como lo toma el tal Farruco Sesto, o como un encuentro “entre el arquitecto y la realidad”, como acostumbraba a decir Juan Pedro Posani, cuando se lucía ante los estudiantes en la universidad Central, sino como una relación armoniosa entre las personas que van a utilizar la vivienda, el entorno ecológico y la vida social que la comunidad a formarse allí deberá tener.

Debo aclarar que no tengo el honor de conocer personalmente a tan insigne artista, pero he seguido cuidadosamente su obra, desde sus árboles para vivir, pasando por la urbanización Araguaney de La Vega, Caracas, que diseñó de acuerdo a los principios que preconiza: antisísmicas, sencillas, utilitarias, económicas, participativas y con una maravillosa vista, desde donde Caricuao se ve como un lugar paradisíaco, sobre todo por las mañanas y las noches. He visitado edificios como la iglesia de Santa Rosa, En Valencia, por la sola referencia de que fue diseñada por el Maestro Fruto, a sabiendas de que cada diseño suyo encarna todo un concepto humanístico, ecológico y artístico, como elementos de la totalidad arquitectónica de sus obras. Ciertamente, la iglesia de Santa Rosa es una iglesia como las demás, pero tiene el sello personal que sólo los Maestros, así con mayúsculas, pueden dar a sus obras.

LOS FRUTOS DE FRUTO VIVAS

Una cosa es tener el título de arquitecto porque su familia pudo pagar la carrera, y otra muy diferente es ser útil al pueblo, investigar, respetar y divulgar sus conocimientos ancestrales como aporte a una construcción de viviendas que dignifique a los usuarios y al mismo tiempo reafirme su identidad como pueblo, con la correspondiente seguridad y funcionalidad, entendiendo que los usuarios tienen necesidades y prioridades sociales, sanitarias, económicas y hasta telúricas, como lo hace el Maestro Fruto.

Esos son sólo botones de muestra e invito a quienes leen esto a buscar en el canal 8, los sábados, a una hora que lamentablemente casi nunca es la misma, el programa Las Casas Más Sencillas, homónimo del libro recientemente publicado por El Perro y La Rana, que ojalá hubiese imprimido de verdad la cantidad de ejemplares que dijeron que habían hecho.

LA AUTOCRÍTICA NO ES VIRTUD DE LA PSEUDOBURGUESÍA EUROCÉNTRICA

El camarada Gervasio Artigas escribió acertadamente: en Aporrea: (Sobre: "las infelices declaraciones de Fruto Vivas", según el Compañero Farruco http://www.aporrea.org/misiones/a170575.html):

“Llevar el ejemplo por parte del Compañero-Ministro a la experiencia de Camboya (Pol Pot), es como algo incongruente porque estoy seguro que, si se PLANIFICARAN NUEVAS CIUDADES en el interior (TOTALMENTE DESPOBLADO, ESPECIALMENTE EN LA FRONTERA CON COLOMBIA, TAN CERCA DE LA INTROMISIÓN MILITAR DE LOS GRINGOS)... mucha juventud voluntariamente, iría a POBLAR, HACER PRODUCIR Y REALMENTE DISFRUTAR DE UN ESPACIO EN DONDE DESARROLLAR LA FAMILIA QUE NECESITAREMOS PARA LAS PROXIMAS GENERACIONES, los hermanos del "interior", tendrían la oportunidad que le puede ofrecer una verdadera Revolución, de prescindir de tener que "emigrar", en busca de "trabajo", estudio y porque no decirlo distracción...”

Las críticas destempladas del ministro, quien conoce mejor que yo al Maestro Fruto Vivas y su obra, su vocación comunista desde la juventud, su carácter revolucionario y sencillo, constituyen una falta de respeto porque miente a sabiendas y manipula los hechos y los tiempos, para acusarlo de terrorista, que es de lo que el imperio calificó a Pol Pot. Ese hecho termina de desenmascarar al verdadero “Farruco” Sesto, quien medra en el gobierno aprovechándose de la lealtad que prodigara el Comandante Chávez a toda persona progresista que se mostrara dispuesta a colaborar en el gobierno; que le prodigó su confianza y su aprecio, no para que utilizara la posición así lograda para pretender menoscabar a los demás, sino para cumplir con el mandato que le fue dado.

En el caso del profesor Posani, no es de extrañar que pretenda, como lo hace la burguesía, hacer quedar como ignorante al Maestro Fruto “explicándole” lo que es la Misión Vivienda, cortando y pegando de Internet, a quien conoce bien (o por lo menos debiera conocerlo, para que aprenda a diseñar algo bueno) a quien debe respeto, pero no sólo de palabra, sino de hecho. Así demuestra, irónicamente, cómo se parece el arquitecto Posani al esperpento ese cuya autoría se adjudicó, para tener su propio museo. Adjudicarse el diseño de un galpón es como registrar la patente del agua tibia.

LA VERDAD NO ES OFENSA

La verdad que subyace en el berrinche de los arquitectos Posani y Farruco es una diferencia ideológica de fondo con Fruto Vivas, quien ha vivido como comunista, como hombre revolucionario durante toda su vida, sin vender el alma y sin pretender ser mejor que los demás, porque quien es eminente no necesita dárselas de nada. En cambio, los ilustres arquitectos que lo han irrespetado son fichas de la burguesía dentro del gobierno, tipos que han sabido aprovechar las oportunidades, que hablan de socialismo cuando en verdad son socialdemócratas al más puro estilo adeco, revolucionarios de cafetín devenidos en burócratas, pagados de sí mismos como todo el que es incapaz de crear.

Toda persona que vive en Caracas sabe que se pueden reorganizar los espacios con los mismos habitantes para dignificar tanta gente, pero allí no cabe más ni una aguja, mucho menos otra Caracas, así Chávez lo haya aceptado en sentido figurado para dar a entender que no es necesario extirpar a la gente de su entorno y lejos de su trabajo. Pero esas sutilezas parecen no entenderlas los famosos arquitectos.

FRUTO VIVAS NO ES UN VIEJO BANDIDO, ES UN MAESTRO CON AUTORIDAD MORAL

El nombre de Fruto Vivas puede escribirse con toda dignidad al lado del Arquitecto Villanueva, y del Mago Niemeyer, centenario artista brasileño con criterio futurista. Aunque los tres tienen estilos y concepciones diferentes, así como posiciones ideológicas no idénticas, son creadores respetables, luces de bengala que señalan el camino que deben seguir las nuevas generaciones de Arquitectos. Verdaderos revolucionarios, aunque ellos mismos no se denominen así.

El deber ser para Francisco Sesto y Juan Posani es presentarle sus excusas al Maestro y solicitar su consejo, porque la única manera de demostrar que son socialistas, es trabajar en conjunto con el pueblo, respetar al Maestro y entender que cuando se tiene un mismo objetivo, debe expresarse un mismo discurso y realizar UNA ACCIÓN UNIDA PARA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

Así sea.



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Andrea Coa


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