Parte I del articulo en este link (http://www.aporrea.org/actualidad/a173716.html)
En sintesis
Un hombre tan lleno de bondades y admirado porque siempre estuvo desprovisto de malas intenciones, no merecía ser sorprendido en pantuflas y luego sacado por la fuerza de su domicilio. A primeras horas del 24 de noviembre del 1948, se presentó en la Quinta Marisela, Urbanización Altamira, un Teniente Coronel seguido de un pelotón de soldados con bayonetas calada, y con el mayor desparpajo le dice a Gallegos: ¡Usted está preso! ¡Se acabo la democracia! Con el golpe frío contra Gallegos, se estaba repitiendo el bochornoso dialogo entre la razón y la violencia de 1835, escena en la que el Coronel Pedro Carujo asalta con pistola en mano la residencia del Presidente José María Vargas, diciéndole al sabio galeno: “Doctor Vargas, el mundo es de los valientes”, a lo que responde el agredido mandatario: “No, el mundo es de los hombres justo”.
Exilado de nuevo, Gallegos se ha ido primero a Cuba, y luego a México en 1949. Para el momento, Gallegos ha conocido los sinsabores del destierro, pues había sido en 1931 cuando el dictador Gómez -- impresionado por el prestigio que entonces irradiaba la imagen del novelista--, decide nombrar al insigne novelista como Senador por el Estado Apure, pero Gallegos fiel a sus principios democráticos prefiere expatriarse, exilándose esta vez en Nueva York . Allá en la urbe de los rascacielos y alejado del suelo patrio, entre suspiros y melancolía, Gallegos refresca la memoria recordando el golpe decembrino de Gómez contra su compadre Cipriano Castro, a quien esa circunstancia fatal impide que regresara con vida al país.
Ejemplos fehacientes como el golpe avisado contra el Maestro Gallegos son los que alimentan la afirmación de que los gobiernos no los tumban, se caen por su propio peso cuando el gobernante no da pie con bola.
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Generalizando en algunos trazos de la vida y obra de Gallegos, se sabe que nació en Caracas el 2 de agosto de 1884, y que el hogar de sus padres estaba ubicado en la esquina de Zamuro, que era una zona habitada por familias de clase media para esa época. Es considerado el novelista venezolano más relevante del siglo XX, y su extensa obra literaria lo inserta entre los clásicos más importantes de la lengua hispanoamericana de todos los tiempos. Entre sus numerosas novelas y cuentos, es en Doña Barbará donde el autor logra explanar con nitidez de fotografía el contenido social y literario de su tiempo, haciendo de la genial creación uno de los más importantes clásicos de la lengua hispanoamericana. En Doña Barbará los críticos literarios encuentran que es significativa la influencia del nativismo, el costumbrismo, el realismo, y un lirismo descriptivo que reflejaba las luchas del hombre con la naturaleza.
Echando un vistazo retrospectivo en los primeros treinta años del siglo veinte, descubrimos que la imagen de la vida venezolana se dibuja en la agradable narrativa de Luis Manuel Urbaneja Achelphol, José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra y Rómulo Gallegos. Todos ellos, en mayor o menor grado, estuvieron influenciados por el positivismo de Augusto Comte y el evolucionismo de Herbert Spencer. Pero en la corriente del positivismo no están todos los que son, ni son todos los que están en ese tiempo, puesto que Rómulo Gallegos, aunque no bebe en las aguas del marxismo leninismo, tampoco se va a involucrar con ideólogos como Laureano Vallenilla Lanz y Cesar Zumeta, quienes se encargaron de transmutar el positivismo en ideología encubridora del sistema dictatorial. En efecto, tanto geografía, clima, composición étnica como condiciones sociales, sicológicas y materiales les sirvieron para levantar la noción del «caudillo» necesario, tesis que Don Laureano lograría desarrollar en su engañoso “cesarismo democrático”.
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En 1937, Gallegos se ha dejado picar por el gusanito de la ambición política, vocación que desde temprana edad cultiva militando en la oposición al régimen gomecista. Por lo pronto, ha congelado su incursión en el fascinante mundo de las letras. Que si fue un error que empaño su trayectoria de hombre de letras, de eso y otras razones está pendiente el juicio final de quienes estudian la historia contemporánea.
A la muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935, asume la Presidencia el Gral. Eleazar López Contreras, y durante la llamada luna de miel del nuevo gobierno, Gallegos era nombrado Ministro de Instrucción Pública, despacho que intentó reformar, llegando incluso cambiar su denominación por la de Ministerio de Educación Nacional; sin embargo sus esfuerzos para llevar a cabo una profunda reforma fueron obstaculizados por un Congreso Nacional ampliamente dominado por el gomecismo y se le obligó a dimitir.
En 1941, Medina Angarita decide eliminar el Inciso Sexto del Articulo 32, incorporado a la constitución gomecista de 1928 por sugerencia del entonces Ministro de Relaciones Interiores, Pedro Manuel Arcaya, quien no disimuló su preocupación por los hechos de violencia que protagonizaron los estudiantes de la UCV en la celebración de la Semana del Estudiante en 1928, así como también el asalto al Cuartel San Carlos el 7 de abril del mismo año. Y preocupado por el regreso de los exilados y las manifestaciones masivas contra el autoritarismo, en 1936 López Contreras restringió mas la posibilidad de difundir propaganda comunista, calificándola de perniciosa y de traidores de la patria a quienes comulgaran con dicha doctrina. El 13 de septiembre sale de la catacumbas el clandestino PDN, y en lo sucesivo pasará a llamarse Acción Democrática, “el Partido del Pueblo” en boca de los demagogos de oficio. De nuevo las aureolas del afamado novelista son utilizadas por un político calcular y zamarro como Rómulo Betancourt, quien ha decidido nombrar a Gallegos como Presidente de la naciente organización política.
(Continúa en la siguiente entrega).
*Secretario General de la Academia de Historia del Estado Falcón