Presionado por factores invisibles de poder que siguen manipulando la diplomacia en el mundo, al Papa Pancho no le quedó otra opción que recibir con pañuelo en la nariz a un demonio de siete suela como Capriles. Esta vez, el lobo se ha disfrazado de devoto feligrés, así hasta la que lava los platos y coletea el piso del Vaticano sepan que es un descarado fariseo. En medio de su locura el demonio mayor cree comérsela montando otro show barato, cómo si un solo apretón de mano a Pancho, cambiaran las encuestas que dicen que va palo abajo. Quizás por esta razón, Washington que calcula hasta para echarse un peo, ahora esté pensando seriamente en la cínica dama de las canillas flacas, pues esos resultados de octubre del 2012 y abril del 2013, hacen que a cualquiera se le enfrié el guarapo y por eso el Imperio prefiera no gastar más pólvora en zamuro, perdón quise decir: dólares en causas perdidas.
Desde el 11 de febrero de 1929, cuando Benito Mussolini y el Cardenal Pietro Gasparri en nombre del Papa Pío XI firmaron el Tratado de Letrán, reconociendo al Vaticano como Estado soberano, muchos son los personajes buenos y malos que han pisado la alfombra roja de uno de los Estados más pequeños del concierto de naciones.
Sabe el Colegio Cardenalicio y el propio Pancho, que la diplomacia da para eso y mucho más, y que por eso hasta un verdugo como Carlos Andrés Pere fue atendido por el Sumo Pontífice. Y porque no hay nada oculto entre cielo y tierra, es probable que los jerarcas de la Iglesia terminen invadidos por un remordimiento de conciencia, pues quién no sabe que Capriles no es ninguna buena comida que se diga; y que en vez de tener currículo vite, posee un amplio prontuario criminar que lo descalifica en el plano moral.
Conociendo la humildad y misericordia infinita de Pacho, suponemos que cuando mire fijo a la cara de este impostor, seguramente recordara las frases lapidarias de Jesús Cristo en la última cena, cuando despidiéndose de sus discípulos les dijo: “ Entre vosotros está el hijo que me venderá”.¡ Ave María Purísima¡
Una última pregunta: ¿quién financia la viajadera del eterno ausente, que olvida sus responsabilidades como gobernador del Estado Miranda?
