El camarada Maduro, ha venido advirtiendo lo que no es de su obligación advertir como jefe de Estado, menos en medio de una guerra económica inducida por el imperio y ejecutada por las lacras de Fedecàmaras en pos de su derrota. “guerra avisada no mata soldado -reza la sentencia- y si lo matan es por descuidado”.
Es difícil, no estar de sacuerdo con las medidas. Amén (así sea) un burguesito o burguesita del Este de Caracas y parte del norte de Valencia, por ser ellos los más perjudicados en el marco de esta guerra política-económica declarada por su misma clase.
De acá, lo poco que decir sobre lo acertado de las medidas, más no así con muchos pasajes del discurso que sirvió de base a los anuncios; sobre todo, cuando hablo de las instituciones, que a su parecer, (muy cierto) se les agoto su papel, y que han sido penetradas e inoculadas con el cancel de la corrupción.
Para buen entendedor pocas palabras –dije pà mis adentros- y si un pobre loco como yo entiende lo que insinuó el camarada Maduro, con más razón entenderían los aludidos para ipso-facto poner sus cargos a la orden y dejar luz verde al camarada para que ratifique, cambie y remueva a quien tenga que remover, habida cuenta de que algunos han sido inoculados o que en el mejor de los casos “cumplieron” con lo que tenían que cumplir” y ya.
El discurso y las medidas en cuestión me llevan a recordar un artículo publicado en VEA y Aporrea (“Al gobierno de calle”), donde me pregunto: ¿Nicolás debe hacer lo que no hicieron aquellos ¿ --lo que no debe hacer es que los mismos contraten o ejecuten las obras que no hicieron como en efecto.
Desde este punto de vista, el Camarada Maduro debió comenzar con el anuncio de las medidas, luego el discurso y después de unos días comprobar hasta dónde es verdad “QUE PARA BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS BASTAN.
Hermes Escalona Acuña
Periódico Alternativo Dígalo Ahí.
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