Cauchos, baterías, repuestos y medicinas aquí en el Táchira son apenas tres filones de una mina de oro, que es explotada las 24 horas del día por contrabandistas profesionales y los vecinos colombianos que portando cédulas venezolanas, vienen y utilizando estrategias que no sé por qué a estas alturas no han sido puestas en evidencia publica, pues no es posible que no hayan sido detectadas por lo que es obvio pensar que hay complicidad de las autoridades.
El modus operandi es el siguiente, se llevan los cauchos rodando, en Cúcuta los sustituyen por las llamadas “chivas” o cauchos muy lisos, sin valor, y la ganancia liquida es la bicoca de 10.000,oo bolívares por viaje. Igual sucede con las baterías se llevan una nueva en el motor y la vieja en la maleta, venden la nueva y regresan con la vieja y vuelven y juegan, varios viajes al día y ganancias muy jugosas, con los repuestos y medicamentos no se diga, es un desfile, parecen hormigas, razón de las colas en todos lados.
La pregunta es ¿por qué la GN en los puestos de control se hace de la vista gorda para no controlar a quien a simple vista se le puede comprobar que su carro rueda con cauchos nuevos, anotar su placa y al regresar comprobarle que lo hace con las chivas?.-
Alguien diría, no se puede porque pueden entrar por San Antonio y regresar por Ureña, lo cual es factible pero controlable si se establece una comunicación permanente entre ambos puestos de control más el de Peracal, igual con las baterías, es incluso más fácil que lo que se hace con la gasolina.-
Con medicamentos y repuestos se deben implementar requisas minuciosas. Incluso en las carteras de las damas, de la forma más amable para que lo acepten a sabiendas de que son medidas necesarias a favor de nuestra economía y para resguardar la soberanía.
Así será de beneficioso para un colombiano, a pesar de los súper inflados precios de nuestros productos como se está comprobando con la medidas del gobierno, que no les importa pagar lo que va a ser la ganancia del infractor.
Esperemos que a estas prácticas que son vox populi, se les aplique un freno definitivo.
2.- El precio de las baterías que como sabemos es un rubro monopolizado por una empresa que tiene como antecedentes el haber sido una de las que mayor participación tuvo en el golpe del 2002, es en verdad extremadamente escandaloso a sabiendas que la materia prima, plomo, acido sulfúrico y plástico, más mano de obra y demás costos, no llegan ni al 30 por ciento del precio que están abusivamente colocando, encima de que se comprobó que importan desde México seguramente para aprovecharse de los dólares de Cadivi pero además adulteran su amperaje de 450 a 700 como lo mostró el INDEPABIS, lo que no se entiende es cómo este organismos acepta la proposición de los dueños de rebajar un 25 por ciento nada más cuando se sabe que el sobreprecio sobrepasa mas del 100 por ciento y por otro lado se comprobó que es una empresa que explota a sus trabajadores, los mal paga y somete a condiciones de trabajo inhumanas.-
Conclusión al menos en el caso de la baterías el precio aceptado por Indepabis, no es para nada precio justo, debe revisarse y permitir que el publico tenga la posibilidad de acceso a un producto que es indispensable para todo el parque automotor del país.
Lo que hace falta es más voluntad para luchar contra las mafias y colocar funcionarios honestos en las alcabalas, sin dejarlos más de 15 días pues bien sabemos que el poder del dinero logra corromper al más pintado, lo cual es casi que una Ley en esta la frontera más dinámica y viva de América.