Nueva política económica

Las medidas tomadas por el Presidente Maduro para enfrentar la guerra económica de la burguesía parasitaria y el imperio, tienen un carácter táctico y disuasivo al golpear la usura y la hiperespeculación.

Con ellas se atacan los efectos más no las causas del problema. Buscan controlar la asignación de las divisas y los precios de los bienes importados pero, no van dirigidas a las causas estructurales que empujan la economía venezolana hacia una crisis estanflacionaria, que podría disipar totalmente los logros sociales de la revolución y hacerla reversible.

Estas medidas tienen vuelo corto porque no van a la raíz del problema. En todo caso, deberían hacer parte de una Nueva Política Económica (NPE), que impulse el desarrollo endógeno sustentable diversificado, hacia la construcción de un nuevo tejido socioproductivo en la transición, que integre la economía social, las PYMES, los productores agrícolas y las empresas estatales.

Para romper el modelo rentístico que impide el desarrollo de las fuerzas productivas, la renta petrolera tendría que redireccionarse progresivamente a la inversión socioproductiva. Al crecer ésta, paulatinamente se iría tornando en la fuente que alimentará la inversión social a través del sistema impositivo para hacerla sustentable. Con ello se estaría “sembrando el petróleo”.

La viabilidad de esa NPE pasa por avanzar en el proceso de territorialización de la planificación y la gestión pública, con el Poder Popular como eje de la transformación socioproductiva. Es esencial una Reforma Tributaria que limite la ganancia, estimule la inversión productiva y la conservación ambiental, elimine el IVA y aplique un ISR progresivo. Una reforma Financiera que canalice el ahorro hacia la inversión socioproductiva, rompiendo el circuito rentístico-parasitario que ha hecho de la banca el sector que más crece, sin que ello se haya traducido en desarrollo nacional. Una reforma cambiaria orientada a estabilizar y unificar el tipo de cambio y, una reforma monetaria que impulse el fortalecimiento de las reservas internacionales, que en el mediano plazo establezca el “oro negro” como patrón monetario y la cotización del bolívar con base en el precio del petróleo.


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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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