Las elecciones generales de nuestro país depende más de la formación política que emocional. Pero, lo importánte es que regresamos a una normalidad democrática en progresión para satisfacer a cada colectivo que participa mediante los sufragios a decidir por su país. Cada acto electoral constituye una fiesta electoral para quienes salieron a votar a su centro electoral, dando lugar al diálogo con sus vecinos, los ciudadanos ejercieron su derecho consesuando los posibles acuerdos que se vienen provocando a través de las asambleas y quienes ejercen la soberanía nacional desde sus curules. Existe un plan llamado Patria que se debe cumplir cabalmente, vamos hacia adelante con un conjunto de propuestas expuestas públicamente para legislar comunitariamente y aprobar su aplicación urbana.
El pueblo se ha politizado, pero, debemos evitar la enfermedad de popularizar ese bello campo pragmático, se debe trabajar por una disciplina ciudadana ante las organizaciones públicas, el pueblo jamás sera castigado para levantar la cabeza ante el Legado propuesto en su larga acción democrática, porque en su seno siempre ha tenido un carácter revolucionario y progresista.
Actualmente, las acciones políticas se encuentran dinamizadas, nada que rezongar o hacer el ridículo en unas elecciones libres y venezolanistas. En la historia siempre seremos portavoces de la ley para lograr una acción de trabajo productivo,es dar a conocer sus sueños por Bolívar, nuestro Libertador, un Legado y un principio democrático.
Debemos amar el ideal de tener una patria libre y soberana que luche por nuestros derechos, de esta manera, todos tenemos la oportunidad de vivir en armonía con igualdad de oportunidades, Es un ideal, porque, es una intención por la vida.
Nelson Mandela, por ejemplo, desde su prisión se formó como líder y, desde sus orígenes tribales supo asumir compromisos que no desviaron sus estrategias en la lucha interracial y, con identidad propia despertó en su país un conjunto de inquietudes y los sueños más justos de un gran esfuerzo y hoy, es el reflejo y perseverancia de transformación en un entorno social y económico donde se valora la vida
