La derecha venezolana vio el reverso de la medalla, por ir camino en su errancia plebiscitaria, la defensa de la corrupción, la usura y especulación y acudir sin programas a unas elecciones donde el pueblo consciente castigó sus anti-valores y eterna arrogancia. A pesar de las subestimaciones, a ese pueblo, de parte de la seudo-inteligencia mediática, experimentó la derecha un descalabro histórico. El país tiene una nueva geometría del poder: una mayoría revolucionaria y una minoría derechista.
La victimización, táctica de transferencia, “apropiación” de estrategia de lucha de la Revolución, las críticas a la política exterior, son algunas de las nuevas facetas en este 2014. Acusar al gobierno de preparar de un paquetazo, de acudir al FMI, de no defender el salario de los trabajadores y la soberanía nacional.
En la consciencia del pueblo está claro quiénes son los conspiradores desde el golpe de abril de 2002, el paquete privatizador que incluía hasta las misiones sociales. Otros deseos son monopolizar las importaciones, traficar con divisas, restaurar los créditos indexados, liberar precios, pedir intervención extranjera, y lo sugerido irónicamente por conspiradores de oficio: “¿Salida electoral?”.
Economistas –nostálgicos del FMI– no ven la tragedia histórica de Europa. La inflación, el desabastecimiento y el tráfico de divisas son las consecuencias, y la causa es: la guerra económica, cuyo apocalipsis fue derrotada. Critican a Pdvsa, porque desde el 2000 –con la Ley de Hidrocarburos– se modificó la acumulación mundial de capital y defenestró los intereses foráneos, como lo hizo años después el presidente Evo Morales con el gas.
Con el Plan de la Patria, el 2014 se seguirá construyendo en Socialismo del siglo XXI. La victoria viene con la estrategia política y las medidas económicas y productivas, que aumenten y diversifiquen la producción nacional.
j.lopzmujica@laposte.net
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