Lo que ocurre en la actualidad en nuestro país es una genuina expresión de la Lucha de Clases. Pero esto no quiere decir que es ahora, con la violencia de pequeños grupos derechistas, que se expresa la Lucha de Clases. Con un régimen rentista y depredador, con la explotación de nuestros obreros y campesinos, con la pobreza extrema, la represión, y doblegados siempre a los EEUU, Venezuela vivió una expresión mucho más violenta de esa Lucha durante los casi 170 años de la IV República, siendo más intensa, sanguinaria y evidente en los 40 años del Puntofijismo.
La Lucha de Clases es un concepto marxista de una actualidad y vigencia impresionante que logra explicar cómo las clases sociales se enfrentan entre si, en una lucha permanente, en donde una, la que tiene el poder y los medios de producción, somete a otra, la que tiene entonces que vender su única riqueza, el trabajo, para poder sobrevivir. Hay quienes simplifican al extremo el complejo concepto de Lucha de Clases haciéndola ver como una lucha de pobres contra ricos, y ciertamente, en el fondo tiene mucho de esto.
La Lucha de Clases estuvo presente desde nuestra Independencia, pasando por diversas etapas y matices en los gobiernos de las oligarquías de Paéz, Monagas, Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Pérez Jiménez o Betancourt entre otros. Sin embargo, esta Lucha permanecía oculta y sólo se develó de manera importante durante la Guerra Federal. Al grito de “Tierra y Hombres Libres” la prensa de la época y la Historia condenaron a Zamora, ocultando su pensamiento y minimizando el significado de la Federación. Pero las consignas contra la esclavitud, respeto al campesino y horror a la oligarquía evidenciaron esa lucha, que se podía resumir en la siguiente frase Zamorana: “Los pobres no tienen nada que temer, no tienen nada que perder…Que tiemblen los oligarcas: no habrá ricos ni pobres”.
Durante el Siglo XX, la Lucha de Clases estuvo presente pero invisibilizada por la prensa, los Gobiernos y por la Historia Oficial. Con la aparición de la TV y la masificación de los medios de comunicación, la lucha se concentró también en la alienación como una estrategia burguesa para ganar en esa Lucha, aparecieron así las guerras de IV generación.
Mientras existan Clases Sociales, la lucha entre ellas por el dominio de los medios de producción seguirá existiendo hasta que sean los trabajadores, conscientes y organizados los que pongan fin a esta Lucha y logren conformar una sociedad sin clases, una sociedad Socialista.
Desde que el Comandante Chávez asumió el poder y con esto la construcción del Socialismo, quedó al descubierto ese eterno conflicto presente en nuestro país. Los pobres comprendieron quién era Chávez y los ricos entendieron quién era su nuevo enemigo. Eso fue el inicio de la preparación del Golpe de Estado del 2002, del sabotaje petrolero de finales del mismo año, de las guarimabas constantes, de las conspiraciones, de las incursiones de paracos, de la Guerra Económica, y por supuesto, de la injerencia gringa.
Hoy, cuando tenemos esta situación de violencia que se arreció desde el 12 de febrero, fecha en la que los patriotas celebramos el Bicentenario de la Batalla de la Victoria, debemos tener presente que No hay reconciliación de clases posible; No puede haber diálogo sincero de parte de la Oligarquía; Ni Leopoldo, Ni María Corina, Ni Capriles van a recapacitar ni a dejar de conspirar; y lo más importante, el Gobierno de los Estados Unidos nunca va a cesar en su empeño de derrocar nuestra Revolución.
Dejemos que los ricos y las clases medias altas, alienadas y al servicio de los gringos sigan encerrándose y autocastigándose en sus exclusivas urbanizaciones, creyéndose sus propias mentiras. Quienes viven en el centro y oeste de Caracas, por ejemplo, seguirán haciendo su vida normal trabajando con el Gobierno y al lado de la mayoría del pueblo, organizado, cada vez más empoderado y consolidando cada vez más la irreversibilidad de nuestra Revolución.
@omarfgomez