La fuerza creadora bolivariana y chavista en busca de una verdadera salida digna, respetuosa y altruista; ha quedado demostrado en Venezuela ante el llamado del presidente obrero Nicolás Maduro ha venido haciendo ante la Conferencia Nacional por la Paz a distintas fuerzas, sin agenda alguna, en cadena nacional y a expresar allí, como se dice en criollo lo que se venga en gana. Para los venezolanos y los que están más allá de nuestras fronteras patrias, estas posturas y el resultado de estas deliberaciones por la Paz; presentan al presidente Maduro como un líder con talla de estadista.
Desde Guayana saludamos y acompañamos estas iniciativas políticas, que permitirán transitar por el camino de una democracia verdaderamente bolivariana y chavista; lejos de quienes levantan las banderas del odio, la intolerancia, la locura y aplicando métodos fascistas pretenden prender la mecha de una guerra civil, creando focos y guarimbas en aquellos espacios donde precisamente la votación les favorece; utilizando al movimiento estudiantil como mampara, pero lo que realmente se esconden tras ellos son mercenarios y paramilitares; guiados, controlados y dirigidos por agentes al servicio de las políticas criminales, las mismas que invadieron a Santo Domingo, Grenada, Panamá y las mas recientes Irak, libia, Afganistán y las intentonas a Siria. La ultima querella guerrerista e intervencionista fue la utilizada en Ucrania, aplicando el mismo recetario que pretenden emplear aquí.
Los venezolanos indistintamente de la posición ideológica, política o social queremos la paz. El dialogo con toda esa gama destacada de sectores de la política, del empresariado, del alto gobierno, religioso, estudiantil y su pronta instalación; en lo inmediato para aquellos estados más convulsionados….”para combatir los planes desestabilizadores en las regiones” tal como lo expresó el Vicepresidente Jorge Arreaza.
Estamos seguros que con esta conjunción de fuerzas por Venezuela, animados por todos los distintos espacios de poder llámese políticos, económicos y religiosos, los enemigos de la paz que están plenamente identificados y derrotados en nuestro país por ser aliados y serviles lacayos del imperialismo y de sus más oscuros intereses.