Las guarimbas son una buena forma de combatir el aburrimiento. Tener que acumular viejos cachivaches, talar árboles o derribar postes de luz, o apilar bolsas de basura ocupa el tiempo… Hacer largas colas en una megafarmacia, cualquier día de la semana, a las 11 o 12 de la noche, o esperar pacientemente en la fila de carros de un autolavado de moda son otras dos formas preferidas, de la clase media venezolana, de hacer uso del tiempo. Cualquier persona sensata buscaría establecimientos menos congestionados pero no así la clase media, mientras más concurridos, más tiempo se consume.
Diversos escritores han descrito a la clase media por ese estado de ánimo que se caracteriza por una sensación de fastidio por falta de diversión o carencia de interés en algo. ¿Y por qué sucede eso? Es propio de todas aquellas personas que carecen de vida interior, que viven aisladas o escindidas de “sí mismas” y del “otro”. No es una característica exclusiva del venezolano o la venezolana, sino de todo individuo, o más bien de la mayoría de ellos, de cualquier clase media. En los sectores populares sucede lo contrario, pensemos por ejemplo en el 23 de Enero, predomina la convivencia y la solidaridad. A las fiestas, por ejemplo, se les llama “compartir”.
El escritor mexicano Octavio Paz describe a la clase media con gran precisión. Hace referencia a ella como una clase “sin mucha cultura y sin un gran sentido de las tradiciones, adoradora de la técnica y de los valores del individualismo, especialmente en su versión norte americana” y expresa la gran paradoja entre su peso creciente en las sociedades modernas y su rechazo a los asuntos públicos: “Es una clase destinada a tener más y más influencia en la sociedad. Extraña situación: las clases medias desdeñan la vida pública, cultivan la esfera privada – el negocio, la familia, los placeres egoístas – y, no obstante, determinan más y más el curso de la historia. Son los hijos de la televisión”.
Los “muñecos”, así llama el pueblo, sabiamente, a los jóvenes de clase media, son la expresión más acabada de ese sector social. Creen que se las saben todas cuando son muy ignorantes, no conocen nada de política, menos de ideología pero matan el tiempo jugando a la política como si se tratase de un video juego en tiempo real.
