Los segundos domingos de mayo los venezolanos celebramos uno de los días más dulces del año: el glorioso Día de las Madres. Un fuerte abrazo a todas esas luchadoras, gerentes familiares eficaces, formadoras de niños y jóvenes que luego serán buenos ciudadanos. Sin ellas, no hay patria buena.
Hoy quería poner énfasis en un sentimiento sublime y diferente: honrar a la madre de todos los combatientes bolivarianos. A la que nos arropa con su inmensa capacidad anímica, emancipadora y libertaria. A la que cada día nos sorprende dándonos valores éticos renovados, llenos de amor y solidaridad. Por eso hoy estoy rescatando a nuestra amada Madre Revolución.
A la fuente suprema de conocimientos y visiones de cambio profundos y definitivos. A la que cada mañana nos da fuerzas para seguir conquistando espacios de felicidad para nuestra gente, sin exclusiones, porque somos una gran familia venezolana con una madre Comandante llamada Revolución. Una madre querida por todos porque en ella nos identificamos, porque en su regazo se acunan sueños hermosos, cada jornada más cumplimentados, de millones de compatriotas postergados durante décadas. Algunos incluso durante toda su vida.
Es bueno hacer un alto reflexivo en esta batalla continuada para definitivamente derrotar a la guerra económica y enarbolar una rosa, pensar en grande, ratificando nuestro reconocimiento eterno a los que dieron todo, parar tener una Nación poderosa. Una Revolución irreversiblemente social y de dignificación profunda de nuestros compatriotas injustamente postergados y explotados durante décadas.
Ahora se viene una Madre Revolución de la Venezuela Potencia que nos merecemos. Un emprendimiento que requiere del aporte en positivo de todos los venezolanos y venezolanas para sentirnos constructores de futuro, tal vez no imaginable hoy por lo maravilloso que será.
Para que lo podamos edificar más rápido es vital que tengamos unidad en la acción, fortaleza para superar las guarimbas que instalaron los violentos que odian el progreso de la clase obrera.
A esa Madre Revolución le prometo que haré todo para lograr precios justos y abastecimientos inteligentes, batallando desde la trinchera que se nos asigne, hoy el Ministerio de Comercio, con convicción nacionalista y determinación inquebrantable porque tengo los genes de valentía y honestidad heredados de esa madre maravillosa.
Madre Revolución ¡Feliz día de todo corazón!
Un beso a todas las madres del mundo.