De Zurda: Maradona, TeleSUR y Miguel Varela

Me perdí el Mundial de México, porque en 1986 en Macuro sólo se veía la televisión de Trinidad que no transmitía sino partidos de Criquet. La importancia del gol del siglo la supe años después cuando leí un texto del poeta Miguel Varela:

Nací en 1976 con el mundo batido entre grandes resacas. El pueblo latinoamericano padecía el ratón moral tras la fiesta de sangre y horror que tres años atrás el fascismo había montado en Chile. Otra resaca era la que dejó la ebriedad cansada de los pequeños, cuando les tocó celebrar, casi sin fuerzas, pero en pie todavía, la retirada de las tropas norteamericanas de Vietnam. En todo caso, Venezuela vivía su propia resaca: la de la Nacionalización. Todo era posible y el futuro era un cheque en blanco del que mi generación vería sólo el recuerdo, en las caras nostálgicas de padres y abuelos al hablar de esa vaina que se llamó la Venezuela Saudita.

() El país no saldría de una desilusión para entrar en otra en los años en que me tocó crecer. El viernes negro, Cantaura, RECADI, Blanca, Jaime y Cili, El Amparo, el paquete, febrero del 89, las privatizaciones, el tan mentado fracaso del estado, el fracaso de los partidos, el fracaso de la salud, el fracaso de los sindicatos, el fracaso de la educación, el fracaso de los fracasos, y después el estamos mal, pero vamos bien que terminó con la pérdida de conquistas laborales que han costado mierda, sudor y sangre a tanta gente durante tantos años. La vaina estaba tan jodida que resultaba un atractivo turístico nacional cualquier empresa que funcionara (por cierto, todas del Estado que se empeñaron en venderme como fracasado); y lo más triste es que cuando cualquier pendejo se bajaba del Metro de Caracas, o salía de Gurí o de cualquier campamento o parque administrado por PDVSA, reiteraba el fracaso de todos al usar el cliché más güevón del que he tenido noticia: Si hasta parece que uno no estuviera en Venezuela.

() Fue así como entendí las maravillas que me rodeaban cada día, desde niño y hasta hoy: Lola y su pregón que atravesaba muros, despertaba muertos, levantaba pajaritos de sus nidos y hacía callar a los perros; el enano del tamarindo cuatricentenario o el tamarindo cuatricentenario de los predios del enano, podían ser la misma cosa; la mesa del zapatero, la voz de María Rodríguez, los huevos fritos a la perfección de la señora Amparo, Maradona en la Tele devolviéndole a todos la cachetada de Malvinas, sacudiéndose con el país entero la vergüenza absurda a la que una dictadura infame pretendió someterlos (que no trafique el mercader/ con lo que un pueblo quiere ser), uno, otro, otro más, otro, queda el portero, ¡Goooool Carajo!, una corta década de vida no fue impedimento para entender que en el pecho del Pelusa cabíamos todos, y ese milagro nunca se lo pudieron robar, ni la mafia, ni los pasquines, ni los verdugos de ocasión que quisieron hacernos tragar otra decepción, ni los cagatintas, ni los paparazzi, ni el diablo, ni Dios, lo de Diego era un asunto de humanos, que entre humanos se arreglaría.

() Y al Diego al Diego se le vio hace poco en Venezuela, extasiado en el cariño de su pueblo y que los verdugos de oficio digan lo que quieran-, porque desde la Patagonia hasta México somos la misma vaina. Se le vio respirando la misma esperanza que yo, después de tantas decepciones, aire limpio después de tanta podredumbre. Terminó dándole la razón a ese montón de gente que lo quería por el simple hecho de quererlo. No nos lo pudieron robar, ni a él, ni a la poesía, ni a los simples milagros nuestros de cada día.  (Desandanzas - 2006)

Y ahora tenemos a Maradona en TeleSUR gracias a Chávez, que acabó con todas esas obscenas miserias que menciona Varela, y dio el primer paso de gigante de la unión latinoamericana. Maradona con Víctor Hugo Morales, el narrador del famoso gol, comentando el Mundial de Brasil, criticando a la FIFA que se lleva 4.000 millones de dólares mientras que el equipo campeón sólo se lleva 35.  Maradona diciéndonos que es hincha de Dilma Rousseff pero que el cemento se llevó por delante a mucha gente. Maradona diciéndonos que Dila va a tener su revancha porque va a entregar los estadios, tierras y casas a la gente Maradona y TeleSUR.

No faltan a la cita la infamia y el odio babeante de la derecha venezolana, que vienen a insultar al pibe, porque para ella lo único sagrado es el dinero y la ignorancia, y la patria del dinero y la ignorancia: Estados Unidos. Pero esas uñas sucias de guarimba arañando el vidrio no afectan a nadie. Como dice Varela: lo de Diego es un asunto entre humanos, que entre humanos se arregla. Y se arregla, como dice la canción de TeleSUR, De Zurdaa la izquierda del planeta.

Lo demás es lo de menos: los malos tiempos no volverán, y ¡Viva Chávez, carajo!



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Eduardo Rothe


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