El momento actual es particularmente importante por que nos plantea la imperiosa necesidad de construir un Bloque Histórico nuevo en Venezuela para poder realizar la tarea revolucionaria de armonizar la estructura política con la base económica. Ese Bloque Histórico nuevo pudiera representar un papel transcendente, ya que contiene, a mi manera de ver, la idea de la iniciativa apropiada, la idea de la iniciativa histórica que garantizará que nuestra lucha por el socialismo bolivariano no será fallida.
El concepto de Bloque Histórico expresa a la vez la unidad compleja de la base económica de una sociedad y de sus estructuras políticas, y por la otra la organización nueva de las fuerzas de clase que se derivan de ella. El Bloque Histórico no designa cualquier coalición esporádica, contingente, táctica, entre clases o capas sociales diferentes, sino que representa una alianza objetivamente fundada en una nueva relación entre la base o estructura económica y la superestructura que como se sabe cohesiona a la sociedad y a la cultura.
Sin duda que el Bloque Histórico puede proporcionarnos un elemento de reflexión importante, ya que en Venezuela el Socialismo seguirá siendo nuestra esperanza pero cuyo modelo está aún por inventar. Crear las condiciones económicas para pasar al socialismo es la principal tarea de la lealtad colectiva que despunta en el alba venezolano y latinoamericano/caribeño. Nos corresponde, en consecuencia, acerar esa lealtad colectiva con una conciencia revolucionaria, es decir, que nuestro pueblo tenga conciencia de las relaciones de clase y de la exigencia histórica de un posible humano que está por hacerse.
¿Cómo podemos puntualizar el socialismo de tal manera que sea la opción valedera ante ese nuevo Leviatán, el otro posible, donde el acceso de cada uno al nuevo poder del hombre podría permitir a todos y todas tomar parte de las decisiones de las que depende su destino, controlar la aplicación de las decisiones, participar en su realización? Esta parece ser la primera consecuencia que se deriva de la utilización operatoria de la noción de Bloque Histórico Nuevo en el marco de las contradicciones que tenemos entre fuerzas productivas y relaciones de producción.
El segundo punto es el de saber cómo realizar ese socialismo y cuáles son las capas y las clases sociales que pueden accionar esas fuerzas nuevas, las más dinámicas de la economía, y que por eso mismo pueden ser portadoras, por su alianza, de una autentica revolución. La alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura que en algún momento fue la consigna del Partido Comunista Español, se hace oportuna en la Venezuela bolivariana donde existen optimas condiciones para desarrollar el socialismo hasta sus últimas consecuencias. Allí surge el problema de la unidad, el cual debe plantearse sobre una base de principios. Se trata aquí de la unión de todas las fuerzas que se desarrollan con la economía misma y que tiene razones comunes para destruir en su propio principio la estructura capitalista. Lamentablemente en nuestro país no contamos con una burguesía nacional dispuesta a realizar la revolución socialista creando las superestructuras políticas que correspondan al estado actual de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales.
Ese Bloque Histórico Nuevo puede encontrarse en la situación revolucionaria clásica, definida por Carlos Marx, a partir del análisis de la revolución burguesa de 1789, aunque ya Carlos Marx empieza a ser proscrito por las y los reformistas venezolanos, puesto que su nombre les causa molestia, escozor en el interior de la psique. Los aterra la palabra COMUNISMO, pero el fantasma sigue recorriendo al mundo y está ahí. Lo niegan porque no lo conocen y les da miedo encontrarse con la verdad del materialismo dialectico, les da flojera estudiar, ya que la alienación capitalista puede más. Utilizan la burla y el desprecio para descalificar, no solo a Marx, también a Lenin y a Gramsci, al Che Guevara, a Mariátegui y a Ludovico Silva, y por su puesto a los y las marxistas que fundamentan sus análisis en el materialismo histórico. Pero no obstante, así lo nieguen, ellos y ellas se lo pierden, Carlos Marx seguirá siendo una fuente luminosa para que los pueblos del mundo se liberen del oprobio capitalista. Por eso me temo que hemos comenzando a entrar hondo en la perspectiva socialdemócrata tradicional cuyos fracasos históricos han revelado su impotencia y que de acuerdo a como aparece ante nosotros se está digiriendo, muy tranquilamente, en el interior de la Revolución Bolivariana, lo que conlleva a decir que algo no anda bien en el Proceso Socialista iniciado por Chávez en el año 2.004.
Ante esa realidad a uno se le encienden las alarmas y busca un libro por aquí, otro por allá; indagando para encontrar respuestas y entender mejor el día a día político que vivimos. En ese ir y venir, encontré un texto del teórico marxista Roger Garaudy “Revolución y Bloque Histórico”, donde se esbozan tres condiciones para elaborar la estrategia del BLOQUE HISTÓRICO NUEVO, las cuales he reelaborado para adecuarlas a la realidad venezolana:
1. Un análisis científico del Bloque Histórico, ya que aún no se ha hecho con profundidad y seriedad en Venezuela, aunque hay que reconocer que se ha venido planteando, pero con cierta timidez.
2. La estrategia surgirá del análisis científico y permitirá elaborar la estrategia más adecuada que permita que la economía pueda funcionar al servicio de las necesidades colectivas y no en beneficio de unos cuantos, lo cual pasa en la actualidad por la abolición del poder económico y político de los privilegiados.
3. Exige que la inmensa mayoría del pueblo participe en la revolución para hacer posible el nuevo modelo de socialismo que se está planteando en Venezuela, cuyo contenido teórico se encuentra en gran medida en el Plan de la Patria y en el documento Golpe de Timón presentado por Chávez en el I Consejo de Ministros del 20 de octubre de 2.012 en el marco del Nuevo Ciclo de la Revolución Bolivariana.
Por eso, sin duda, es pertinente seguir ahondando en el análisis de las condiciones propias de nuestro país para construir un BLOQUE HISTÓRICO NUEVO. Un principio fundamental de la estrategia marxista nos enseña que hay que basar la acción en lo que está en vías de nacer y desarrollarse, por eso ante la expectativa que ha generado la realización del III Congreso Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), esta idea de la necesidad de construir un Bloque Histórico Nuevo, cobra fuerza, ya que es una gran oportunidad para que se cimienten las bases de su construcción. Es cierto que no puede hacerse nada eficaz en Venezuela sin el PSUV, pero también, no es menos cierto que no puede hacerse nada si ese Partido no se transforma profundamente. Hay urgencias para que se borren las condiciones que están generando malestar, y una de ellas es romper el engranaje perverso de una sociedad sin finalidad. Queremos saber hacia dónde vamos.
POST/DATA: La historia de la humanidad ha sido bondadosa al darnos a conocer dos representantes antípodas de la justicia, jueces que fueron muy distintos el uno del otro. El jurista español JOSÉ ANTÓN ONECA relata un pasaje en el que el juez alemán llamado CARPZOVIO se jactaba de haber pronunciado más de diez mil condenas capitales y de haber enviado más de un centenar de brujos y brujas a la hoguera. Del inicuo CARPZOVIO se dice que se deleitaba hasta el frenesí aplicando la más inclemente y despiadada justicia. Muy al contrario, en la pequeña aldea francesa de Chateau Tierry, administró justicia CHARLES MAGNAUD, a quien todos conocen universalmente con el benevolente título de “EL BUEN JUEZ MAGNAUD”. En 1898, con su célebre sentencia absolutoria de LUISA MENARD, creo la teoría del hurto famélico y dio inicio al proceso de humanización del derecho penal. Para MAGNAUD, la sentencia no era una aplicación matemática de la ley, sino que entrañaba el más alto mensaje de justicia. ¿Cuántos jueces y juezas MAGNAUD, le harán falta a la justicia venezolana?