La revolución de Chávez, de Maduro y del pueblo

Por el título de este artículo parecería que me estoy refiriendo a tres revoluciones. Craso error, estoy citando a una sola, la revolución chavista-bolivariana-socialista concebida por mi comandante, acompañado por su pueblo y ahora coordinada por hijo MM. En un vetusto libro español encontré una sentencia que reza “el que siembra una virtud recoge fama”. En esto consiste la gloria de Hugo, sembró no solo la probidad y cosechó laureles, sino que su calor se convirtió en una llama que se propagó por el mundo entero. De allí lo peligroso de su mensaje.

Recién estábamos celebrando los sesenta años que hubiese cumplido mi comandante Chávez. Ciertamente, este corto período pareciera una especie de estornudo histórico dado su brevedad, pero es innegable que los logros de la Revolución Bolivariana valen más que los alcanzados en cuatrocientos años, repartidos entre el imperialismo español y el yanqui que nos mantuvieron avasallados. Según mi concepto tres características debe arropar a un político para merecer méritos sobre las masas: un político debe poseer un profunda sensibilidad social que lo vincule con su pueblo, unos cojones bien puestos y una espalda inflexible que le impida doblegarse ante los imperios. No cabe duda, imposible negar que tales dignidades descollaran en la personalidad de Hugo. Una celebridad que vivió muy de cerca las hambrunas y las penurias de los excluidos de siempre; nunca se arredró ante las múltiples amenazas que pusieron en peligro los logros de la Revolución Bolivariana y mucho menos, su columna vertebral se flexibilizó ante nuestros antiguos amos imperiales. De allí los numerosos enemigos de la revolución chavista.

Cabe destacar que la mayoría de las naciones poseen presidentes, pero muy poco líderes. Por ejemplo los presidentes de EEUU, una vez que dejan de ejercer sus funciones, se retiran a uno de sus ranchos ganaderos a disfrutar de sus dineros y se convierten en una especie de jarrón chino, un bibelot de adorno dentro de la política. Por lo general, fueron o son gobernantes que no dejaron huella entre su pueblo. Cuando concluye una administración estadounidense el recién electo continuará haciendo lo mismo que el anterior, sea demócrata o republicano. Esto se debe a que en el imperio del norte ejercen los presidentes, pero gobiernan las cicateras empresas financieras, las energéticas, los fabricantes de armas y los generales del pentágono. En cambio en Venezuela, con la llegada de Chávez a la presidencia la política dio un giro de ciento ochenta grados: en nuestro país dejaron de ser los miembros de la oligarquía quienes tomaban decisiones en materia social, económica, militar, financiera, educativa, internacional entre otras. En los actuales momentos se están afinando los engranajes para que dentro de poco tiempo sea el poder popular el que tome las riendas del poder en todos los aspectos, de este modo se logrará saldar la deuda social que por cientos de años llevó a millones de venezolanos a convivir con la miseria. En verdad, la única huella que dejan los presidentes norteamericanos son las muertes y las ciudades devastadas mediante las guerras que estos gobiernos llevan más allá de sus fronteras. Cada presidente de EEUU le pone un nombre rimbombante a su(s) guerra(s) particular(es). La denuncia de esta barbarie le valió a Chávez la enemistad con los gobiernos imperiales.

Nadie puede negar, en los quince años de Revolución Bolivariana, los alcances en materia social (la creación de las misiones); en las agendas internacionales (la creación o incorporación de Venezuela en la UNASUR, CELAC, MERCOSUR, ALBA y PETROCARIBE); en el componente de salud (la inauguración de clínicas y módulos de atención a la salud de los pobres y de todos los que soliciten este servicio); en lo que respecta a la vivienda (creación de la Misión Vivienda y Barrio Adentro barrio tricolor), sin olvidar en los alcances educativos (erradicación del analfabetismos, inauguración de simoncitos, colegios bolivarianos y universidades) y en el aspecto alimenticio (la fundación de una red de mercados a la cual tienen accesos todos los venezolanos)…Ciertamente faltaría espacio para enumerar la trascendencia de la revolución en sólo quince años. Todos estos logros contribuyeron a que mi comandante Chávez resplandeciera desde nuestra frontera para ocupar un merecido lugar en el concurso de los liderazgos mundiales. Esto lo convirtió en un ser inmortal y por tal razón se debe celebrar su cumpleaños por el resto de lo que le quede de vida al planeta Tierra.

Mi comandante Chávez le entregó el testigo a su hijo, el actual presidente MM, pero esta tarea apolínea no es faena de un solo individuo, sino de un grupo de dirigentes y de un pueblo con esperanzas de ejercer el poder popular. Para esto se debe preparar con disciplina. No es poco lo que le espera a las comunidades si proyectan sacar a las oligarquías de las estructuras de dominio. Se debe organizar a los concejos comunales y las organizaciones sociales para convertirse en entes productivos, fundar centros de almacenamiento, controlar la distribución de los productos, inaugurar centros de ventas, al igual en los que respecta la producción de bienes y servicios. Además deben especializarse en el manejo de refinerías, plantas petroquímicas y fábricas de textiles y calzado, para esto se debe adiestrar los miembros de las entidades sociales. Imposible olvidar la administración de líneas aéreas, la de los ferrocarriles que está inaugurando el gobierno bolivariano y además, el del trasporte terrestre. Los miembros de las comunidades le corresponderán especializarse en la operación de frigoríficos y las empacadoras de alimentos. Imposible dejar de lado los medios de comunicación de masa como la televisión, la radio, revistas, periódicos, redes sociales, entre tantos medios que servirán de instrumentos para divulgar los provechos y afianzar la revolución bolivariana. Si queremos impulsar el turismo social es imposible relegar la preparación de las comunidades en materia de hotelería, no se debe desatender la banca, ni tampoco el mundo de la cultura y los más importante, el control por parte del estado todo lo que tiene que ver con las fuentes energéticas en todas sus formas y así mismo, la minería, entre tantos renglones prioritarios para desarrollar y consolidar la Revolución Bolivariana. Como se ve, son demasiadas cosas por atender y mi comandante Chávez nos alertó. Lamentablemente, el presidente MM no puede llevar a cabo el solo esta descomunal obra.

Mi comandante Chávez se refirió a las bondades de la unión cívico militar y ahora nos damos cuenta que los hombres y mujeres de las armas no solo sirven para exhibir pomposos uniformes durante los desfiles para conmemorar fechas patrias, ni tampoco para estar confinados en los cuarteles, con la única finalidad de salir de dichas instalaciones para apoyar a las decisiones de los gobiernos oligárquicos. Estamos en presencia de un grupo de hombres y mujeres de la Fuerza Armada Bolivariana incorporados a diversas labores en la oportunidad y en los sitios en los cuales necesiten sus saberes y su profesionalismo. Por estas razones los imperios ven con desconfianza las nuevas generaciones formadas en nuestras academias militares.

En solo quince años Hugo les demostró a los suramericanos(as) la forma ignominiosa de cómo los grandes imperios nos robaron el futuro. Así mismo, que la única manera de solventar este daño es mediante la unión los países, no solo los de Suramérica, si no la de todas las naciones del planeta que fueron explotados por esta maquinaria infernal llamada imperialismo. Para muestra basta solo un botón. Si deseamos corroborar lo que son capaces los imperios conviene conocer lo que esta sucediendo en el gueto de la Franja de Gaza, lugar donde conviven dos millones de palestino confinados en su propio país. Casi dos mil muertos, más de ocho mil heridos y una población asolada por los bombardeos del régimen nazi-sionista de Israel. Hugo lo denunció varias veces ante la indolencia y la impasividad de los gobiernos de la UE, de los EEUU y de otros países a los cuales les parece que los muertos árabes no tienen importancia.

El congreso de los EEUU asume que sus leyes tiene carácter internacional, esto me hace pensar en una acción de los países suramericanos ante el tribunal de la Haya para denunciar a Netanyahu por genocida y por crímenes de lesa humanidad y a Obama, premio Nobel de la paz, para acusarlo de cómplice en el genocidio que está acabando con la población palestina

Chávez tenía razón: huele a azufre. S.O.S Palestina.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2016 veces.



Enoc Sánchez


Visite el perfil de Enoc Sánchez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Enoc Sánchez

Enoc Sánchez

Más artículos de este autor