La Columna de Dante

El contrabando perjudica a todos

La guerra al contrabando en Venezuela está siendo ganada por el Estado. Hace meses, en el Táchira y Zulia comprobamos el daño enorme que estas prácticas delictivas causaban al conjunto de las comunidades de frontera, así como también las dolorosas consecuencias del “dinero fácil” producto de estas actividades.

La conducta humana del contrabando se inscribe en el marco del derecho penal económico, y la economía de las naciones necesita tener control sobre sus importaciones y exportaciones, por cuanto le hace a la vida de un país. De esa forma, se considera que comete el delito de contrabando aquel que ejerce acciones u omisiones, mediante una conducta engañosa, con el objeto de lograr que determinada mercancía eluda el control del servicio aduanero.

En el caso venezolano, esto se agrava porque lo que se extrae del país, esencialmente, son productos de la canasta básica, subsidiados para ayudar a miles de familias que necesitan fortalecer su ingreso con precios solidarios.

Al mismo tiempo surge la variante del bachaqueo o contrabando hormiga, realizado por miles de ciudadanos que cada día cruzan la frontera a Colombia transportando productos; y es tan productivo el delito que luego se conforman empresas mafiosas que con dinero multiplican con camiones y otros medios este enfermizo comportamiento.

¡En buena hora el Presidente declaró la guerra sistémica al contrabando para derrotarlo de raíz!

Desde el Ministerio de Comercio accionamos con todos los hierros y nuestro gran talento humano, conjuntamente con los hermanos de otras carteras y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Cuando la gente ve por televisión lo que se ha decomisado siente que no puede permanecer indiferente y aceptar que nos roben impunemente el esfuerzo de abastecimiento. Reacciona positivamente y nos acompaña en la reconquista de lo que es de todos, sin excepción.

Un adicional en pleno desarrollo es el bachaqueo interno. Se trata de la compra abusiva, con fines de reventa a precios astronómicos, por parte de bandas de individuos que se unen para ejercer delincuencia social organizada. Muchos buhoneros se apropian de las colas en la mayoría de los puntos de venta de productos críticos y luego, a pocos metros, instalan puestos insalubres con mentalidad pirata abusiva.

La batalla está en su apogeo. No tengan dudas de que unidos ¡volveremos a vencer!

Un gran abrazo a todos.


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Dante Rivas


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