Trincheras de Ideas

Iván Gómez García, una vida de lucha, patriotismo y amor

Como un suspiro han pasado los días en que se nos fue para otros espacios, otras trincheras, a reunirse con grandes hombres y camaradas que partieron primero que él, un hombre de los imprescindibles que hablaba el poeta comunista alemán Bertolt Brecht. Si el 2 de agosto, curiosamente el mismo día en que cumplía 77 años de nacido, cerró sus ojos un roble inconmovible, un luchador socialista, comunista, revolucionario como pocos, que entregó su vida a la lucha por la liberación de Venezuela, de la clase trabajadora y del pueblo venezolano secularmente explotado y oprimido.

Fui o soy su hermano cinco años menor que él y quizás una de las personas que más lo conoció en su trayectoria revolucionaria, como organizador, incansable luchador social, amante de su familia y prototipo de hombre nuevo, de ser generoso, desprendido, solidario como pocos, de enorme humildad y sencillez que velaba un hombre preparado, culto, de una asombrosa inteligencia y capacidad.

No es posible resumir en pocas líneas una vida tan rica en aconteceres, luchas, episodios fantásticos e increíbles, sólo deseamos aproximar el recuerdo de un hombre asombroso que, como dijo su hija Eurídice, “fue todo un héroe anónimo”.

Nacido en Caracas el 2 de agosto de 1937, fue su madre la guaireña Carmen García y el llanero Efraín Gómez. Fuimos sus hermanos Norma y yo. Inquieto desde su niñez cursó la primaria en la Escuela Experimental Venezuela donde se destacó por su fuerte personalidad de niño precoz que mostraba rasgos de amistad incondicional con sus compañeros de clase o de la comunidad donde vivía. Sensible, ya a temprana edad se acercaba a los más humildes y les tendía la mano dándoles a familias pobres recursos y comida que le proporcionaban sus padres y otras familias donde vivía en el Pasaje San Luis, de Peligro a Pele el Ojo, muy cerca de la famosa Plaza o Parque Carabobo, en la parroquia Candelaria.

Siendo aún niño sus padres lo envían a estudiar al Canadá la secundaria donde permanece sólo dos años. Aprende a la perfección el idioma inglés y el francés, brillantes calificaciones en los dos años de estudio, pero no se adapta a la lejanía de la patria, de la familia en aquel ambiente de niños ricos; la añoranza, la nostalgia lo abaten y un buen día toma la resolución de volver, con el pasaje de avión en la mano toma el vuelo para Venezuela y llega a Maiquetía.

Ya adolescente, en plena dictadura militar de Pérez Jiménez, se vincula a grupos clandestinos que dirigían el Partido Comunista y Acción Democrática y se acerca a las teorías revolucionarias marxistas y nacionalistas. Participa en la fundación de una agrupación que se denominó: Movimiento Obrero Socialista Indoamericano. Allí predominaba el pensamiento socialista, radical, lejos del socialdemocratismo, aunque había algunos pocos viejos militantes de AD en el grupo. Esa organización puede decirse fue una escuela de formación política para Iván y los muchos jóvenes que militábamos en el clandestino grupo.

La militancia no se limitaba al aprendizaje teórico, ya a mediados de 1957 los contactos con el PCV y otros grupos se enlazaron y aquel grupo juvenil se metió de lleno en la lucha por el derrocamiento de la cruel dictadura perezjimenizta. Su visión iba mucho más allá que el hecho de repartir volantes, hacer agitación en centros de trabajo, en la UCV y liceos como el Andrés Bello o el Fermín Toro, contactar militares patriotas; comenzó un período de preparación física y aprendizaje militar en las montañas cercanas a Guarenas con miras, cuando se diesen las condiciones, de formar grupos guerrilleros.

Cuando el movimiento cívico/militar derroca el 23 de enero de 1958, Iván, con apenas 21 años, hace profundos planteamientos en el seno del MOSIAN, propone su legalización y un programa político que contempla llamar a una asamblea constituyente, que la Junta Patriótica forme parte de la recién creada Junta de Gobierno, que se presione para que burgueses como Blas Lamberti y Eugenio Mendoza salgan de la Junta que gobernaba entonces.

Los debates son muy intensos, diría que dramáticos, los activista de AD que estaban dentro del MOSIAN plantean su disolución y que se fueran todos para AD. Hay un rechazo colectivo a irse para la socialdemocracia, pero erradamente la mayoría se impone por la disolución de la organización. Iván junto a Alí Paredes, Nelson Madero y otros camaradas hacen esfuerzos para que permanezca viva la organización, pero al final son derrotados y ésta se disuelve, la mayoría de la militancia, más del 90% se adhiere al Partido Comunista.
El año 58’ fue un año turbulento, de gigantescas movilizaciones populares, del surgimiento de tímidos pero poderosos órganos del poder popular que repartían los apartamentos de las urbanizaciones ‘Simón Rodríguez’ y 2 de Diciembre’, rebautizada como urbanización 23 de Enero’, organizaban brigadas de orden público, canalizaban la producción, apresaban a los esbirros del régimen, etc. Iván vivió esas experiencias y también participó en las movilizaciones contra el intento de golpe de Estado de la Policía Militar. Se metió de lleno a organizar y catequizar a los grupos obreros de las fábricas caraqueñas y privilegió los círculos de estudio y las escuelas de cuadros para formar a la militancia comunistas que crecía exponencialmente día por día.

Hay dos momentos donde destaca la participación de Iván en las luchas del pueblo caraqueño. La primera fue la participación en las jornadas de repudio a la visita a Venezuela del Vicepresidente norteamericano Richard Nixon, quizás el movimiento antimperialista de mayor magnitud que se produjera en el país en toda su historia. Estuvo entre los grupos de estudiantes, aquel 13 de mayo de 1958, que no solo impidieron el ingreso del representante yanqui y su comitiva al sagrado recinto que guarda los restos inmortales del Padre de la Patria, el Panteón Nacional, sino, que pronunció un fogoso discurso patriótico y antimperialista y fue uno de los jóvenes que rompió, a las puertas del Panteón Nacional, las coronas que ese día se iban a poner en el cenotafio del Libertador. El pueblo caraqueño, su juventud, los numerosos grupos de trabajadores ganaron, sin dudas, aquella batalla, y el Vicepresidente yanqui tuvo que partir de Venezuela con el rabo entre las piernas.

El otro momento estelar fue con motivo de la venida, el 23 de enero de 1959, del comandante Fidel Castro Ruz a Venezuela a tan solo días del triunfo de las guerrillas del 26 de Julio ante el ejército y el derrocamiento del tirano y sanguinario Fulgencio Batista.
Aquellas formidable visita movilizó miles y miles de personas. Iván y yo estuvimos en el aeropuerto de Maiquetía por donde llegó Fidel y su comitiva de comandantes barbudos. La llegada del épico guerrillero conmovió y electrizó a toda Venezuela. Ya habíamos participado Iván, yo y muchos camaradas en las jornadas de solidaridad con la lucha del pueblo cubano. Iván participó en la recolección y venta de bonos: “Un bolívar para la Sierra Maestra”, preparados por la seccional del M26 de Julio en Venezuela que dirigía el historiador y activista revolucionario Francisco Pividal. Marchas, reuniones, asambleas multitudinarias en apoyo a la Revolución Cubana a lo largo del año 58’ donde Iván tuvo destacada actuación. Inolvidable fue el mitin en El Silencio donde Fidel le habló al pueblo caraqueño.

Desde el seno de Partido Comunista, en los Radios y Células donde militaba, en las parroquias de El Recreo, Candelaria y otras, Iván, varios camaradas y yo planteábamos, ante el anuncio del proceso electoral que había impuesto al país la derecha de AD y la burguesía, enfrentar esa todavía tendencia y proponíamos que el Partido Comunista impulsara un proceso electoral de una asamblea constituyente. La vehemencia de Iván, su capacidad argumentativa, la solidez de sus planteamientos ganaron a los militantes, pero al final se impuso el criterio sectario de la dirección que, dijo Iván en una de aquellas reuniones, “el partido pisó el peine betancourista y venía la guerra civil”. Tuvo razón, no tenía Betancourt 6 meses en el poder y ya había decretado sus dos consignas fundamentales: “Aislar y segregar a los comunistas” y “Disparar primero y averiguar después”.

Recuerdo que en una de esas reuniones donde estábamos muchos camaradas de diferentes células, Iván señaló, con asombrosa agudeza y visión estratégica: “El partido perdió una oportunidad única de acercarse al poder al no presionar que la Junta Patriótica formase parte de la Junta de Gobierno, admitir no participar en las elecciones sino que se realizaran unas elecciones prematuras cuando el movimiento popular estaba en pleno ascenso. Betancourt nos va a perseguir y asesinar, va a imponer desde el Estado la guerra civil. Nuestra autodefensa es inevitable, no en vano nos preparábamos en la clandestinidad en la lucha militar, creo que volvemos a esa clandestinidad”. Ese era Iván Gómez, de una gran capacidad política y una enorme visión. Y cuando en el III Congreso del PCV se aprobó ir a la lucha armada para poder defender al pueblo de las arremetidas asesinas del gobierno puntofijista de AD/Copei/URD, Iván dio el primer paso y se aprestó a tomar las armas, formó parte de las Brigadas Armadas, primero, de las UTC y de las FALN, después.

Con decisión y sangre fría se incorporó, como miles de militantes y activistas del PCV y el MIR a la lucha armada, para enfrentar el gobierno fascista y entreguista de Rómulo Betancourt AD y sus aliados. Militó en varios destacamentos de las FALN y se destacó por su arrojo y valentía en la lucha guerrillera urbana. Detectado por la policía política, la siniestra Digepol es perseguido, apresado y cruelmente torturado por los esbirros del régimen adeco, logra sobrevivir y es condenado a varios años de cárcel en la cárcel de Tocuyito.

Terminada la lucha armada continúa luchando y junto conmigo, Otto Vandervelde y un conjunto de exmilitantes del PCV y de otras organizaciones y fundamos en 1965 el MPDIN, Movimiento Pro Defensa de los Intereses Nacionales, después Movimiento Pro Defensa de las Ideas Nacionalistas. Por años fue un gran activista y organizador y como miembro de su Dirección Nacional hizo importantes aportes políticos e ideológicos que enriquecieron la teoría del Nacionalista Popular, Antimperialista y Socialista. Marxista convicto y confeso desde su juventud supo integrar la teoría del socialismo científico al nacionalismo, a las ideas de Bolívar, al pensamiento socialista latinoamericano. Lamentablemente sus notas y escritos de gran valía se perdieron y no tuvo esa disciplina que se requiere para la elaboración teórica.

Por su carisma y simpatía, su carácter jovial y alegre se destacó como uno de los líderes más significativos de la organización. Cuando surge en el espectro político el Comandante Hugo Chávez, Iván coincide con su pensamiento político y se adhiere al chavismo a través de la Causa R, último partido donde milita y del cual se separa por la traición de sus principales líderes.

Un aspecto importante de la vida de Iván Gómez fue su familia. Casado con Blanca Núñez Tenorio, hermana del líder pecevista José Rafael Núñez Tenorio, magnífica mujer y revolucionaria. De esa unión nacieron Eurídice, Iván Alí, Livia, Efraín e Indira. Una gran familia de revolucionarios y revolucionarias. Iván les dio amor, ejemplo y compartió con ellos y ellas momentos de amor y enorme felicidad familiar.

Se fue Iván Gómez García, hombre ejemplar, revolucionario digno, patriota que dejó un impronta como bolivariano, socialista, antimperialista, ejemplo para las nuevas generaciones de revolucionarios venezolanos y latinoamericasnos. Un gran patriota pierde la Patria, un gran amigo, hermano, camarada perdemos quienes lo conocimos y amamos.


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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