En síntesis

Venezuela no merece regresar al pasado

No es  primera vez que los pueblos se equivocan, como tampoco  que los gobernantes resulten perdidos en el espacio por no captar la señal de los nuevos tiempos. Por ello, este humilde  escribidor, sigue creyendo  que a los gobiernos no los tumban, se caen por su propio peso,  cuando estos  no son capaces de sortear esas dificultades que son  inherentes al ejercicio del poder.   

En  nuestra historia no es casual que la concreción republicana haya estado atiborrada de copiosos  accidentes políticos, y por ello  en menos que cantó un gallo también  ocurrieron hechos impredecibles. Si metemos la lupa en el pasado, vamos a encontrar  que muchas veces las mejores acciones no alcanzaron a conquistar el corazón del colectivo, pues misteriosamente  esas  buenas acciones terminaron devolviéndose  como un bumerang. Don Cipriano Castro no imaginó que su sobredosis nacionalista  y su   ciega fe  en el sacramento del compadrazgo, también vendría acompañada de las  razones  que Juan Vicente Gómez utilizó para   concretar el golpe decembrino de 1908. De ahí que decimos que  cuando se gobierna, también se debe  desconfiar hasta de la propia sombra,  por aquello de  que el poder es el poder así la casa tenga el techo roto.  

El Talón de Aquiles que siempre desfavoreció a Isaías Medina Angarita y a Rómulo Gallegos, fue haber pensado más con el corazón, que por su condición  de hombre de Estado. Y por pecar excesivamente  de  bonachones y no mirar para los lados, Medina y Gallegos  no alcanzaron a reaccionar a tiempo, mientras que sus peores enemigos  de manera descarada latian en la cueva.  Por ello ocurrió el fatídico 18 de octubre de 1945  y el  24 de noviembre de 1948, ambos golpes  avisados, y que pudieron ser evitado si hubiese funcionado  un par de cojones bien puestos.

 En cuanto al 23 de enero de 1958, para historiógrafos y demás científicos sociales sigue siendo un  digno caso de  reflexión y de mea culpa. Uno que  es muy dado a darle rienda sueltas a la imaginación y  a las hipótesis,   llega a pensar que  Marcos Pérez Jiménez—que aprendió a calcular en la escuela Militar—,  prefirió   marcharse  en La Vaca Sagrada, pues estaba convencido  que los adecos que eran muy malos como gobernantes, también se encargarían de reivindicarlo ante la historia con el pasar de los años  ¿Acaso esa cagada   de la mal llamada "revolución de octubre" (1945-1948), así como  el nefasto periodo puntofijista (1958-1998), no fueron  más que  suficiente para que  comprendiéramos que resultó peor el remedio que la enfermedad?

Con Nicolás Maduro  hasta las piedras saben que están  equivocados  quienes de manera ilusa andan diciendo  que el inquilino de Miraflores no se   comerá  sus suculentas hallacas palaciegas y a precios solidarios.  De modo que todo parece indicar, que esta vez   por exceso de ambiciones, la testaruda oposición  se auto condeno al fracaso, y que  ni siquiera un mago experimentado podrá evitar  que la MUD sea una Torre de Babel,  donde  cada quien  habla un idioma distinto.  Por esta y mil razones más, se ve clarito en el firmamento,  que  Venezuela  no está dispuesta a regresar al pasado.  



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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