La escritura de la ciencia política; las reflexiones sobre filosofía política, nos orientan a encontrar una imbricación de esas dos dimensiones (Política y Cultura) hoy más que nunca han formado y forman no sólo una parte integral y componente de la actividad, sino de toda reflexión sobre la actividad creativa.
Partimos de que no es suficiente con definir lo cultural como una “actividad en si misma” ni tampoco como “la sumatoria de disciplinas artísticas” .cuyos actores son únicamente los artistas y creadores, ya que existe un actor omnisciente: el pueblo.
Lo transversal, lo entendemos como esa corriente subterránea que atraviesa el tejido social, prueba de ello es esa nueva subjetividad que ha emergido en el proceso revolucionario, gracias a las transformaciones en la superestructura de la sociedad, desde que el comandante eterno Hugo Chávez, incorporó a la Constitución a la Cultura como un “bien irrenunciable” y comenzó en la praxis con el “Yo sí puedo”, equivalente a recordar la frase e imperativo de Sócrates: “Yo solo sé que nada se”. Como lo expresamos en nuestro libro “Política y Cultura: Contribución al Debate de las Ideas) (En Prensa) sostenemos que: “…la concepción de lo cultural como un proceso continuo de trasformación transversal de la sociedad venezolana, con ello cambiar la conciencia social; el trabajo como liberador y un hacer conscientes; es una nueva escala de valores; renovación del modo de vida; horizontalidad en las relaciones de poder; la reapropiación e intercambio de los saberes; los medios de producción de conocimiento e información y la creación de obras individuales o colectivas como parte de la riqueza como valor de uso y no valor de cambio…”
j.lopezmujica@laposte.net
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