Los niveles de conflictividad en el mundo político y económico venezolano, tiene hoy una diversidad de parámetros que ha llegado a ciertos niveles de abuso a la soberanía nacional y a una violación constante de la seguridad social de los ciudadanos residentes en este país. Más allá de la caída de los precios del crudo, debemos evaluar las relaciones comerciales y transacciones con los países que convergen en nuestro contexto político, a simple vista observamos moratorias en los pagos por no atender debidamente los cortes de los mismos y la llegada de productos manufacturados y médicos a nuestros muelles. Lo que indicó es que, existen niveles de insolvencia que vienen reflejándose en las empresas contratadas por su bajo perfil en la economía internacional, ya globalizada desde una fijación del mercadeo.
Venezuela, constituye un gran desafío para Mercosur, por el control que viene tomando el poder militar hacia las distintas jerarquías política y, sobretodo, la base alimentaria, originándose contradicciones en el aspecto del contrabando de extracción y cuando se le quita a un ciudadano un producto para su consumo familiar en algún punto de control del Estado Venezolano, cuando la Constitución Bolivariana de Venezuela ampara algunos criterios sobre el tránsito por el país.
A pesar de las continuas devaluaciones,(11) y los ajustes a precios de productos de consumo masivo y a la futura operatividad en el cobro de peajes, hay una fuerte inestabilidad social por los desafueros de algunos funcionarios públicos y la base militar del país, donde el pueblo no es ignorante a ello, exigiendo una contraloria social ampliada.
Los venezolanos, deseamos observar sobre Venezuela, un nuevo panorama socio- económico. Y que, militantes socialistas asuman cargos que hoy, ejercen los militares y que ellos, han sido inefectivos en su ejercicio de control y administración de esos bienes, obviando la naturaleza de la soberanía republicana y bolivariana gestada por el Comandante, Hugo Chavéz Frías y grupo de soldados que sí aman al país al lado de un pueblo brioso y reflexivo.
A la economía se le debe reconstruir desde su base primaria, ir a los campos a sembrar, controlar a los bachaqueros y amantes del sector informal para llevarlos a las fábricas y darles seguridad social, que, paguen sus cotizaciones como lo hicieron en el pasado muchos venezolanos, es programa progresivo de trabajo, como de motivación social de carácter geopolítico y territorial.
Esto, no es una guerra económica en su totalidad, es un desorden administrativo en bienes, como en la administración de cada institución. La carencia de una contraloria comunal y financiera nos tiene contra la pared y nuestros partidarios del Psuv debe hacer largas colas en mercados privados, porque los Pdval y Mercal no les garantizan alimentos, solo en la región capital de una manera proporcionada y discreta.
El presidente, Nicolás Maduro Moros, debe concretar sus discursos y mensajes. Evitar las diatribas como confusiones de interpretación al pueblo llano. Es el momento de reedefinir el rumbo del Estado Venezolano y orientarlo hacia una nueva dimensión de estructura, reformando ciertas leyes y determinando otras, descritas en el Plan de La Patria El fin debe ser común a todos. El cronogramo de trabajo no debe ser jamás solo de la cúpula del Psuv, debe ser compartido por los medios afectos al gobierno bolivariano con el objetivo de avanzar hacia nuevas perspectivas.
Otro asunto, es luchar contra la burguesía y oligarquía venezolana, quienes vienen destruyendo las relaciones de progreso del Estado Venezolano y cuentan con un gran aliado, la banca internacional como las multinacionales que se arropan en esa realidad universal llamada globalización.