A veces lo urgente nos impide ver lo importante. Vivimos tiempos de alta demanda de esfuerzos, el tiempo vuela y nosotros –sin querer– podemos alejarnos involuntariamente de las esencias de donde venimos y eso no es bueno.
Hoy regreso el tiempo tres décadas atrás para conmoverme con la infausta noticia de la muerte de Alí Primera. De estudiantes bebimos en la sabia de sus pensamientos un sentimiento nacionalista que nos fundamentó como bolivarianos indeclinables. Un estilo de vida basado en la austeridad y honestidad; en el amor al otro como sustento de una filosofía pacifista, de alto voltaje humanista. El sentirnos iguales respetándonos como tales y construyendo un ambiente de gran familia venezolana, bajo un cielo bello tricolor que nos cobije a todos.
Aprendimos a querer la patria, a amar nuestra bandera con el "Bolívar bolivariano no es un pensamiento muerto, ni mucho menos un santo para prenderle una vela". SimónBolívar es un reto histórico, una razón de existir para construir un Estado democrático y social de derecho y de justicia que propugne como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
Desde siempre trabajamos, y lo seguiremos haciendo desde la trinchera que ocupemos, por la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en nuestra Constitución.
Lo importante es comprender que todos somos importantes pero nadie es indispensable. De ahí que formar equipos de gestión capaces y profesionales siempre nos permite alcanzar los logros que demandan los usuarios. Es el modelo que usamos en el Saren y los primeros resultadoscon récords de productividad en nuestras oficinas de todo el país son el mejor ejemplo. El cambio es posible.
Emociona ver la motivación de los compañeros del Saren luego de recibir la capacitación para servir mejor al usuario y ponerla en práctica. Comienzan a percibir el agradecimiento de los ciudadanos y ese es el mejor regalo para quienes somos servidores públicos de verdad.
Los abrazo dejándoles estos versos necesarios de Alí para hacerlos realidad:
"No es tiempo de recular.
No de vivir de leyendas.
¡Canta canta compañero!
Que tu voz sea disparo
¡¡¡Que con las manos del pueblo,
no habrá canto desarmado!!!".