Entre muchas preguntas sobre los desbarajustes que la guerra económica le ha traído a los venezolanos, y cuyas consecuencias son funestas y conspiran contra la tranquilidad de las familia que puja no solo por encontrar tal o cual producto, sino para que le alcancen los reales, para una cesta básica que sube día por día, hay una que está en boca de millones de nacionales y que bien podría formularse de esta manera:

¿Será que la primera combatiente, las esposas y familiares de los ministros, los altos funcionario, gobernadores Alcaldes y sus familias, diputados y sus familias, concejales y sus familias, los funcionarios de cuerpos policiales y sus familias no hacen mercado, será que el Superintendente de Precios justos a nivel nacional y todos los regionales y sus familias, no van al mercado, y si van encuentran de todo o reciben precios preferenciales?

Esta pregunta viene al caso porque no es posible explicarse cómo es que por ejemplo de una semana a otra y a veces en la misma semana cualquier producto, mencionemos uno que es casi que indispensable en al dieta de los venezolanos, la papa, el domingo último estaba a 173 bolívares el kilo en los supermercados, y en la calle a 130 bolívares, lo cual bastaría si hubiese responsabilidad en las autoridades obligadas a hacer cumplir la Ley, para encender las alarmas y buscar la manera de cortar de raíz este abuso, que se multiplica en la mayoría de los productos, alimenticios o no.

Cómo es posible que se abuse de manera tan descarada con los precios, se denuncie y todo siga igual o peor, pues es casi que una ley impuesta por los ladrones especuladores, que los precios justos que la ley ordena colocarle obligatoriamente a cada producto, no se respete, y se aumente indiscriminadamente, todo lo que un ser humano requiere para subsistir.

¿Cuál debería ser la actitud de cualquier funcionario cuando se encuentre personalmente o porque se le informa sobre precios de escándalo que estamos viendo a diario en los mercados y todo tipo de comercios?, pues la de proceder de inmediato a aplicar la Ley e igualmente a extender a todos los establecimientos una supervisión rigurosa, pues es bien sabido que quienes están ejecutando la guerra económica con miras a dar al traste con la revolución, que son las mayoría de los comerciantes de todos las ramas y rubros, con la facilidad que hoy nos da la tecnología, se ponen de acuerdo para carterizar los precios, así como para desaparecer tal o cual producto de los anaqueles.

Así como sabemos, ha sucedido con la leche, no se consigue pero hay queso, yogur, cremas de leche, mantequilla, helados hasta para tirar para arriba. El café ni se diga, el azúcar, el arroz, el atún de todas las marcas, el papel higiénico y ahora los granos, desaparecen, para cuando corran la voz de que llegaron, cuando en realidad los tienen en sus depósitos, lograr el objetivo de mantener las colas como uno de los más preciados trofeos de la contrarrevolución.

Ha sucedido con el pollo, la carne y el pescado productos factibles de relativo control pues los expendedores nos son muchos a nivel de cada estado, o municipio y ya sabemos los precios inalcanzables a que han llegado.

Así que este servidor ha llegado a la conclusión que la situación de guerra económica a que estamos sometidos hace ya casi dos años, no se resuelve, simplemente porque hace falta voluntad política. en muchos casos y también porque existe complicidad de las autoridades con la derecha que maneja la economía, o bien porque son infiltrados en cargos claves desde los que se podrían lograr resultados y por lo tanto no actúan, sino más bien son fichas activas dentro del gobierno, o bien porque son gente que no resiste dos pedidos para que se hagan los de la vista gorda ante irregularidades, que se resisten a ser resueltas y que poco a poco han ido minando la confianza de la gente y aumentando la zozobra, cada vez que se va al mercado, a la farmacia, a una ferretería, a una tienda de ropa, a una zapatería, a una venta de repuestos etc. donde por necesidades de la vida estamos obligados en alguna oportunidad a caer como en una trampa muy bien armada, que poco a poco mata voluntades e inclina la balanza a favor de los enemigos de la patria.-

Salió en algunos medios una lista de productos regulados que supuestamente van a ser vendidos en Farmatodo, semanalmente bajo presentación de la cédula de identidad y por cantidades limitadas, ello hasta allí estaría muy bien si contribuyera a frenar el bachaqueo interno y externo, pero todos sabemos que a los bachaqueros lo que les falta es montar un sindicato, una compañía anónima e incluso un partido político e inscribieres en el CNE; están tan organizados que con toda seguridad, este establecimiento va a ser para ellos una mina más, bien sabemos que con un simple mensaje de quien dentro del comercio pertenece a la organización bachaquera, llegan en cambote hasta de 10 personas lo que significa que se llevan hasta 20 unidades de un producto que luego revenden o comercian en Cúcuta, con la complicidad de quienes en los puntos de control deben impedir que salgan productos regulados.

Es decir no hay control y mientras tanto las colas siguen cada vez más largas y la derecha frotándose las manos pues se les está haciendo muy fácil la campaña, ya que lo que simplemente hacen es capitalizar el descontento y por esa vía indisponer a la gente para que el día de las elecciones, la rabia, la frustración y la impotencia le lleven a lo que conocemos como el voto castigo.

Mientras el gobierno no logra revertir, no la guerra económica que ya pareciera está quedando cuesta arriba, sino lo que es peor, los estragos que está dejando en el ánimo de la gente, sobre todo la más humilde y buena parte de la clase media por lo que significan la dificultad para adquirir los productos, conseguirlos y afrontar los precios de escándalo que cada día se incrementa a voluntad de las mafias.-

Pero bueno, Dios proveerá, y que suceda lo que Él quiera en la próxima contienda Electoral que como se vislumbra va a ser la más difícil que le ha tocado a la Revolución.-