Es preocupante el silencio por la desaparición forzosa de Alcedo Mora
por parte del gobierno regional, el nacional, diputados del estado
Merida, miembros por la Comisión por la Justicia y la Verdad y hasta
de la Fiscal General de la República. Los únicos que han soltado
prenda son el Defensor del Pueblo y el inefable personaje de la
Secretaria General del Gobierno de esa entidad que no tuvo el tapujo
de decirle a un hijo del Sr. Alcedo Mora: "Eso le paso a su papa por
estar escribiendo pistoladas". Que además de trabajar para la
gobernación era su jefe inmediato.
Los miembros de la Comisión por la Justicia y la Verdad que han venido
resucitando bajo el señuelo de haber participado en la insurgencia;
pero ahora lo que queda es chatarra con el motor fundido que viven de
las vivencias del pasado y ahora en este caso guardan silencio por
oportunismo.
Lo que se atrevió a denunciar Alcedo Mora del llenadero de PDVSA en el
Vigía era Vox populi, lo que pasa es que este señor le dio
trascendencia mediática, se atrevió a ventilarlo públicamente. Ahora
esa practica de la desaparición forzosa nos alerta a los venezolanos
que estamos en presencia de eventos muy parecidos que viven los
mejicanos y los colombianos. Nuestro país no esta ajeno a todo esto;llama la atención estas desapariciones y los ajusticiamientos de las
fuerzas policiales y algunos militares, que deben ser seriamente
estudiadas por el alto gobierno para que tome medidas e incluso
solicitar una reforma del Código Penal Venezolano; tenemos
conocimiento por declaraciones oficiales los estudios que se han
llevado a cabo y las medidas de saneamiento que se han implementado en
algunos cuerpos policiales nacionales y regionales; pero todavía la
sociedad de cómplice sigue campante.
Es una odisea para cualquier ciudadano caer preso en cualquier pueblo distante a la capital, para obtener la libertad aun siendo inocente tiene un precio. Muchos ciudadanos no denuncian para no ser reprimidos y cuando lo hacen corren el peligro de recibir cualquier acción extrajudicial y no
extraoficial también. Estas son las llagas del Estado burgués.