Definitivamente los venezolanos no queremos vivir más como perros y gatos, pues nos resulta más desagradable que llevar una piña debajo del brazo. Por esto decimos que la inmensa mayoría ya esta hasta la coronilla de esas discusiones bizantinas, así como también de diálogos entre sordos con puñales debajo de la manga. Y mientras el país vive su más espantosa crisis de fe, de moral y de rumbo, los gobernantes y la rabiosa oposición se hacen la vista gorda, porque solo les obsesiona disputarse el poder, así sea vox populi que la casa tiene el techo roto.
Está demostrado que el país no alcanzará la paz, mientras la embrollada escena política este ayuna de sindéresis, pues pareciera que a muchos de los actores se les extravió la brújula, y pecando de masoquista prefieren apostar al caos. De modo que si queremos vencer el monstruoso entramado de la polarización como causa de todos los males, entonces habrá que salirle al paso castigando con sufragios a los responsables del drama que amenaza con empujarnos al despeñadero.
Ojala no se repita ese desagradable fiasco que obligo a sandinistas contarse en elecciones que le eran desfavorable, permitiendo de esta forma que la ultraderecha se saliera con la suya logrando imponer a Violeta Chamorro. O será que la memoria no les funciona ni querrán aprender en cabeza ajena. Amanecerá y veremos.