La globalización, nos ha impuesto criterios que determinan una identidad en nuestro país que nos ha llevado a contradicciones políticas muy complejas. Los brutales golpes del Capitalismo nos ha llevado a tropezar con los viejos y toscos golpes genocidios de sectores recalcitrantes de nuestra economía.
Han amenazado nuestra identidad nacional con la transculturización, y estos hechos han traspasado nuestra frontera, porque los productos venezolanos están a la venta en ese vasto territorio colombiano. Es decir, el modelo neoliberal, trasciende los espacios geofísicos y territoriales para proyectar un proceso que según sus criterios, contradice los principios étnicos por el mestizaje de nuestro pueblo, desde la época colonial.
La actual situación del país, requiere una posición original, tal como lo concibió el Comandante Hugo Chávez Frías. Hay que hacer el viraje político que necesitamos, no importando el criterio de los teóricos del oficialismo, han fracasado porque no pisado el barro de las urbanizaciones populares. Se debe ir a un debate nacional, después de las parlamentarias para enfrentarnos al neoliberalismo y a lucha entre liberales individualistas y liberales colectivistas. Este engendro dio como resultado la activación de los paramilitares desmovilizados y al bachaqueo continuado.
Se debe reconstruir el sentido de la teoría de justicia y avanzar en una cultura pública, respetando nuestra cultura indígena y las etnias en sí.
El pensamiento político en el Psuv debe ser de una teoría universalista y expandida a lo doctrinal para lograr en el individuo un criterio sociocultural que nos habla de ética e identidad nacional.
Todo gira en lo cultural y dialéctica. Somos determinantes en el eje central del país. Los modismos, está acabando con nuestro gentilicio nacional y nuestro capital se encuentra globalizado.
Se debe levantar nuevos criterios y avanzar hacia el verdadero socialismo del siglo XXI
