Un antes de la Cultura, sin la promulgación de la Constitución en el año 1.999
Para emitir alguna consideración acerca de los hechos que involucran la aplicación de políticas culturales en Venezuela antes y después de la Revolución Bolivariana, es imperante la revisión sistemática de aquellos escritos e intervenciones actores culturales de distintas tendencias ideológicas y políticas de la Venezuela contemporánea, tales como Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Luís Beltrán Prieto Figueroa Eduardo Machado entre otros, los cuales plantearon la necesidad de una transformación cultural del país, cuyos paradigmas de pensamiento social y político describían aspectos sobre la democratización de la educación, de las Bellas Artes, junto al fomento de valores propios de la identidad, entendida ésta como memoria histórica, tradición, folclore etc. Se considera que la transformación cultural también se vio enfocada en aquellos intelectuales y académicos de izquierda, influenciados por las ideas de pensadores de la Escuela de Frankfurt acerca del antiimperialismo, dominación, colonialismo cultural y el tema dependencia, consumo cultural, cuyos factores buscaron tratar de comprender temas como la alienación cultural e ideológica, visibilizando la tesis de que la transformación de la cultura seria posible cuando se modifiquen las condiciones materiales de producción, teorías que acercan a la concepción marxista, entre otros teóricos transcendentales de la historia universal.
Un después de la Cultura a partir del año 1999
Luego de la promulgación de la Constitución en el año 1999, La cultura respondió, además, a los grandes principios de los derechos culturales recogidos y expresados en el capítulo VI de dicha Constitución, lineamientos estratégicos del plan nacional basados en los principios fundamentales de la orientación del Estado venezolano en materia cultural: “El acceso pleno a la cultura”. Esto quiere decir, que la cultura como política de estado fue considerada como un recurso político, y sus principios de la política cultural orientados a la construcción de la democracia Bolivariana, y de la ciudadanía, el fomento de la paz y la preeminencia de la utilización de métodos democráticos según lo traducido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el año 2001 según su articulo 100, entendida como la profundización de la democracia bolivariana y lo indicado por las políticas culturales diseñadas por el Consejo Nacional de la Cultura (órgano extinto) el cual publico en su momento un documento titulado :La cultura para construir y profundizar la revolución en el año 2000 .
Posteriormente, surgió el llamado: “Plan estratégico nacional en el año 2001”, como lineamientos de la política cultural, se expresaran en términos de lo que se denomino como: “Los equilibrios”. De esta forma, la cultura pasa a ser el epicentro de los procesos de cambios políticos, económicos, sociales, territoriales, ambientales y de las relaciones internacionales. Con estos lineamientos, surge la necesidad de fortalecer la relación economía y cultura, la democratización del consumo de los bienes culturales, así como las políticas de financiamiento y administración que fortalezcan la inversión cultural. Al referirse al equilibrio social se plantea el diseño de una política comunitaria integral la cual está centrada en las ideas de democracia cultural, libertad de creación, inclusión, valoración de lo popular y democratización de los servicios culturales.
La Aparición de la Misión Cultura en el año 2005. ¿Pañito de agua caliente?
Según el Ministro de cultura de ese entonces (Francisco Sesto Novas), la Misión cultura desarrollaría unos postulados amplios, novedosos y plurales que incorporan elementos de doctrinas políticas y económicas históricas (liberalismo, democracia, socialismo, cristianismo, marxismo entre otras) a demás de incluir (Bolívar, Zamora y Rodríguez). Se busca la construcción de un nuevo socialismo del siglo XXI, el cual propone una especial atención a la relevancia que adquieren las maneras de considerar el papel de la cultura en la instauración de un gobierno que, a diferencia de los gobiernos anteriores, se autodenomina como “revolucionario”. Esta acción para algunos cultorologos enmarcaba una diferencia importante en la base normativa de la definición de la política cultural: hasta este momento (en la llamada IV República) lo importante era relacionar la cultura con el proyecto democratizador y de desarrollo de la sociedad venezolana; desde la V República en adelante, el fundamento relaciona la cultura con la revolución, con el cambio social que se haría viable con la ayuda de la política cultural, entre otras políticas.
El Sistema Nacional de Culturas Populares. ¿Una nueva estructura para que?
En el año 2011, en especifico, se promueve la creación del Sistema Nacionales de las Culturales Populares, como dependencia directa del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, con la finalidad de profundizar las manifestaciones culturales de las comunidades, a través de la integración de instituciones, agrupaciones y colectivos del hecho cultural. Este anuncio fue hecho por el Presidente de la República en pleno acto de graduación de la V Promoción de Licenciados en Educación, mención: Desarrollo Cultural, realizado en Teatro Teresa Carreño de Caracas, en el que 848 nuevos profesionales recibieron su título.
Esta nueva Institución propuso la creación de cinco programas estratégicos basados en: En primer lugar, facilitar la transmisión y multiplicación de artes y saberes, por parte de los artistas a toda la población especialmente a niños y jóvenes. En segundo lugar, ampliar el registro y visibilizarían de las expresiones de las culturas populares y tradicionales encarnadas en sus artistas y cultores, manifestó. En tercer lugar, promover y difundir las culturas populares y tradicionales organizando muestras y representaciones y contribuyendo a resolver los principales problemas logísticos, referidos a la proyección de las artes, tanto en el país, fuera de él. En cuarto lugar, contribuir a asentar desde el Estado la base eficaz de una economía cultural productiva, que sostenga y retribuya el esfuerzo de los artistas y cultores a fin de que puedan tener una vida digna. En quinto lugar darle apoyo puntual a nuestros creadores que tengan ocasionalmente alguna dificultad, por razones de salud, de edad o por cualquier otra causa accidental. El aporte inicial de este Sistema fue de 300 millones de bolívares, cuyo 200 millones serian provenientes de los dividendos del Banco de Venezuela, mientras que los restantes 100 millones provendrán de las ganancias que ha arrojado Bolivariana de Puertos (Bolipuertos)
Consideraciones al respecto de la creación de estas mega estructuras vs la dinámica cultura actual:
Sin ánimos de menospreciar y dejar de reconocer esfuerzos emprendidos por las estructuras de Estado, basados en la idea de la transformación cultural, seria importante que los sectores que por décadas aspiran a experimentar la mayor transformación de su historia, dando lugar a la constitución de una nueva cultura musical basada en la valorización de los saberes tradicionales tomando en cuenta la visión de un Plan Estratégico de Economía Creativa, señalen al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, que el mismo no termina de precisar en su accionar que el objetivo de la política cultural es: “Dar cumplimiento contundente a lo único que podría salvarnos”: “Una mejor y mayor economía para el desarrollo local, concibiendo la comunicación y la cultura ya no solo como expresión simbólica si no como derecho de ciudadanía, recurso y campo potencial para el desarrollo económico sustentable”.
Lo expresado anteriormente según mi consideración no ha calado en el sector de la estructura tecnócrata cultural, y por ende en las diferentes tendencias musicales venezolanas. Sentar las bases de un nuevo modelo de gestión participativa que transforme integralmente, en un sentido productivo, las formas de producción y organización en las principales ciudades del país, no es entendido como la previsión de un crecimiento para todo aquel que hace música en Venezuela, ya que la concepción de la música es de carácter “eventual” y solo la “tarima” el “espectáculo publico” “alquiler de sonido, toldos y sillas” , es visibilizado, promovido y financiado en algunas cúpulas gubernamentales.
Se ha observado desde el año 2011,2012,2013, 2014 y 2015 por parte de algunos representantes gubernamentales de la cultura venezolana “progobierno” por “conveniencia” que los procesos enmarcados en congresos, discusiones, coloquios y foros no se traducen en conclusiones “ejecutables” del actual proceso de innovación cultural y musical (al menos no es palpable, desconozco si hasta la fecha el impacto ha podido ser medido fehacientemente a través de indicadores culturales razonables) , el accionar es lento, y de difícil encaje en actores culturales en el ejercicio de la música, que poco inciden en las políticas locales. Se reconoce que esto es un problema más que habitual en toda la estructura de gobierno. La evaluación preliminar del cumplimiento de algunas de las metas previstas para el año, no es conocida y nada satisfactoria a este nivel en especifico en estados como Miranda, Bolívar, Sucre, cuya demanda Cultural se sabe por conocimiento de causa que es alta, y se apuntan además nuevas dificultades que, en el contexto de crisis y desaceleración relativa del crecimiento interno, complican su consecución a medio plazo.
Actualmente se puede apreciar que cualquier conferencia organizada por el ente de Cultura solo se traduce en una actividad puntual, no despertando iniciativa en sus oyentes de incidir en el desarrollo de los objetivos estratégicos identificados claramente por la Política de Estado, y que se esfuerce cada vez en un seguimiento y dedicación en mejorar los sistemas de creación, producción y desarrollo por medio del fomento de nuevas iniciativas culturales y musicales ( insisto en este ultimo punto por pertenecer a este gremio) ,no es visible la incorporación total de nuevas tecnologías y la internacionalización de la cultura musical.
Se conoce actualmente la iniciativa de algunos “Fondos Concursables para desarrollar la Cultura en diferentes áreas”. La elaboración del “Plan Operativo Anual 2016” por medio de Voceros Culturales por Estado. La existencia de Gabinetes Culturales por Estado, la creación de la Asamblea Musical Caracas (esta ultima como la mas ecuánime y transparente etc.); sin embargo el impacto de esta tarea sigue siendo poco promovido y excipiente, ya que esta información y la presencia, interacción y compromiso de estas unidades es “inexistente” o “débil” en la mayoría de las comunidades y parroquias .Ciertamente es entendible esta difícil tarea por parte de aquellos que ejercen la acción cultural desde estructuras burocráticas que muchas veces no están a tono con la verdadera dinámica cultural de los sectores populares, esto obedece a que los mismos no son cuadros preparados para esas tareas, el sentido “Autocrático” y “Dedocratico”, tampoco coincide muchas veces con sus “Perfiles” ni mucho menos “Sentido Vocacional”; es por ello que no se logra garantizar la difusión y el acceso público a partir del reforzamiento, a nivel local, de los espacios de participación y representación institucional, mediante una mayor descentralización de equipamientos y servicios y la circulación abierta de bienes y servicios entre el conjunto de la población, a la vista de los diagnósticos efectuados, por ende seguirán siendo claramente insuficientes.
Proteger, y valorizar la memoria y diversidad cultural con políticas activas hasta ahora postergadas por la poca dotación presupuestaria en algunos Estados en Venezuela, mejorar la planificación y gestión de las políticas culturales con la cualificación de los responsables y gestores culturales, es una demanda insistente entre la mayoría de los actores culturales de bases. Es sabido que muchos actores no son legitimados, escogidos y mucho menos reconocidos por sus parroquias tal como se explico en anteriores párrafos.
Es importante reiterar, que toda política cultural que no cuestione el marco lógico de intervención en el proceso de desarrollo cultural correrá el peligro de fracasar. En las estructuras de gobierno en especifico en las Plataformas Culturales para mas detalle las que operan en las Artes Escénicas Culturales solo son “agentes de contratación de agrupaciones de allegados, parientes y afines”, esta “Corporación” o especie de “Productora Musical Selectiva”, no conforma actualmente un frente estratégico de desarrollo, apoyo y reconocimiento de agrupaciones, cantores, y músicos por municipio o ciudad, carecen de visualización de la cultura y por ende de la música como un problema neurálgico de construcción de la ciudadanía, simplemente por que siguen siendo una estructura profunda de poder instituido a través de “sectas”, “tribus de poder”, que solo busca la satisfacción unipersonal de sus demandas, haciéndose la vista gorda de aquellos que si hacen vida cultural y realizan aportes a su comunidad local.
Para concluir, algunos autoridades que representan actualmente la Plataforma Artes Escénicas y Musicales del País, deben ser renovadas, son “maniqueistas” “se asolapan en un guion “discursivo y seudorevolucionario”, para estos es improcedente la defensa y compromiso de participación de aquellos cultores que hacen música, marginados de la gobernabilidad local, regional y nacional, simplemente por que este tipo de directiva aburguesada no tiene la capacidad de revertir las lógicas neoliberales, no representan otra cosa, en fin, es necesaria la reedición, en esta línea, de la política difusionista de planificación estratégica, el “estilo” o “formas” del ejercicio cultural ejercido por estas elites del poder afecta proyectos de ordenación del territorio y gestión del sector prioritario, de acuerdo a los objetivos de aceleración del fortalecimiento musical en Venezuela.
Considerando la compleja realidad y las múltiples dimensiones de la nueva lógica de transformación de los territorios y las economías inmateriales, el objeto formal de las políticas culturales en la era de las industrias creativas, en consecuencia, pasa en Venezuela por un análisis sincero e institucional (mas allá de los discursos demagógicos) de aquellas formas de convergencia y articulación entre el sector de las industrias culturales, los procesos de desarrollo económico y social y las políticas públicas. Se cree que los cuatro ejes de intervención en este campo son 1) La revisión constante y el reimpulso de las políticas de información y comunicación de programas y proyectos, 2) El análisis de las formas de ejecución seguimiento y control del ejercicio cultural en la Administración Pública, 3) Las políticas culturales y la convergencia de las mismas en la alta demanda de premisas de músicos, artistas y agrupaciones a nivel nacional, 4) La acción de gobierno en materia de comunicación y derechos de acceso al financiamiento cultural en su forma justa y equitativa, seguirán siendo asignaturas pendientes para el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y órganos afines a esta tarea.
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