A las Universidades “autónomas” ,en la década de los noventas del siglo XX, no solo acuñaron una neocolonizaciòn del conocimiento, sino que le vinieron jugosos créditos adicionales –inauditables a posteriori- el negocio de los Seguros y rea-seguros, los financiamientos multilaterales –que aumentaban la deuda externa- incentivos, programas de Becas –de la Fundaciòn Nelson Rockefeller- invitaciones a dictar conferencias en Universidades norteamericanas y estancias académicas en Estados Unidos.
Ante la èxitosa ofensiva geoestratégica del gobierno de Chàvez y Maduro han re-aparecido un conjunto de pronunciamientos de estos y otros “actores académicos” además de antiguos miembros del aparato del Estado.
Leìmos con atención sus planteamientos. En resumen; van en contra del empoderamiento y la reapropiación social del manejo de los recursos naturales; enfrentan de las Misiones sociales; desconocen los alcances de las economías emergentes; no ven importancia en el modelo comunal y afirman el mundo unipolar.
El Departamento de Estado y la Administraciòn Obama respira todavía por la herida, el ALCA no se ha implementado. Pero, lo que llama la atención es que esta “nueva derecha” naciente y “moribunda” tienen una lectura “al revés” del proceso revolucionario en materias diversas. En cultural y las Misiones Socio-educativas; es decir la superestructura de la sociedad, de donde comenzó verdaderamente la Revolución Bolivariana, con el fortalecimiento de la identidad, la desintegración de la oligarquía cultural, el advenimiento de una nueva subjetividad y conciencia, la re-memorización y valoración de la historia y la eliminación de la lógica del mercado, gracias al acceso e impacto social, con altas cifras las cifras mundiales de lectura y la inclusión socio-musical.
Los anti-extractivistas desdeñan del sentido de “inalienabilidad” que adquiere, la riqueza, el petróleo como patrimonio energético, desde la Constitución al Plan de la Patria. Por último, la critica a “la verticalidad leninista” es un afán “desnaturalizador” ajeno a los hechos, pues lo que ha ocurrido es una modernización y cohesión del bloque gramsciano anticapitalista, redefinido en sí mismo con operatividad y legitimidad.
