Auditórium

Nicolás: ¡Venezuela se cae a pedazos!

"La brujería es la salsa que los idiotas vierten sobre el fracaso para ocultar el sabor de su incompetencia."…

George R. R. Martin.

Aquí en Venezuela está pasando algo muy raro en el PSUV, presume (dime de qué presumes, y te diré de que careces. Máxima popular) asumir ahora de una manera casi absoluta la interpretación materialista de Karl Marx: Cuando su alta vocería espetan a los cuatros vientos, que ganaran las elecciones legislativas del 6D, porque la economía está muy bien. Y la población está muy contenta con la escasez, inflación, especulación y las aberrantes colas.

Me parece demasiado hipócrita, la manipulación de esta alta dirigencia. El primer problema que carecen es la de orden político, y este portal de www.aporrea.org tienen semanas resumiendo muy bien a través de analistas políticos como: Jesús Silva, Toby Valderrama, Nicmer Evans, entre otros, desde varias ópticas ideológicas encontradas. Lo sucedido en Grecia cuando, cuando muchos políticos criticaban a Alexis Tsipras quien renuncio a su cargo de primer ministro: No se puede prometer en pleno siglo XXI, y en este mundo globalizado cosas que son imposible de cumplir, y sin ningún tipo de sentido, que lo que generan es una mayor frustración y muchos desasosiegos en la población.

Los venezolanos no somos idiotas, la nomenklatura rojita tiende a ver siempre (todos los problemas del país se lo achacan a la oposición) la viga en el ojo ajeno, y El presidente Nicolás maduro parece no haber caído en la cuenta de que la frustración del pueblo venezolano se debe a las promesas, imposibles de cumplir, ya que el aparato productivo, el control de cambios, y la inseguridad jurídica tienen al país en ruinas. Murió Hugo Chávez, y todo lo prometido sobre la revolución bonita desapareció, la crisis empeoró, y el alto costo de la vida sigue creciendo. El enroque de ministros fracasados sigue, el militarismo sustituyó a la productividad, pero, contra el compromiso inquebrantable, la escasez, el dólar negro, y el contrabando no solo no han disminuido, sino que suben como un cohete. Las encuestas y los comentarios en las humillantes colas en toda la geografía nacional, hablan de que se hundirán el PSUV, y el GPP para las elecciones del 6 de diciembre del 2015 pero, pese al apoyo de los cínicos aliados de la UNASUR. Más, el problema de la frontera en Cúcuta-Colombia la ocurrencia de Jorge Rodríguez, lo solucionó todo. Venezuela pasó de ser la nación más rica de la América Latina, a la zaga de Haití con su pueblo al borde de una crisis humanitaria.

¿Se acuerdan de aquel dakazo del 2013 de bajar los precios para reducir los costos de electrodomésticos? Los ciudadanos notan que la economía empeora aceleradamente. El bajo índice de confianza económica es alarmante –la inflación oscila entre 175 y 200%- el índice económico es desesperante, porque la gente, quiere calidad de vida y aspira a vivir mejor.

Sabemos que la actual la crisis es un problema porque al final, si se cumplen las previsiones de los expertos economistas, Venezuela tendrá a finales de año más inflación que en los "catastróficos" meses finales de Menem en Argentina.

Pero el primer problema del actual gobierno bolivariano es de carácter político-económico, porque promete siempre lo imposible, y por eso el índice de pérdida en la confianza política.

Siempre se puede sostener que la mejora económica se trasladará victoriosa a la política. Pero esto no es seguro porque mientras la política económica empeora, con la ayuda de las importaciones, ya que no hemos tenido éxito, en la política pura vamos como el cangrejo pa`atras. El desapego del pueblo va en aumento, el Gobierno ha tenido que acabar olvidando vergonzosamente su ley del buen vivir, y la palabra socialista sigue en picada: el ministro de interior y Justicia tiene que revisar la subida brutal de asesinatos, y el control de la patria desde las cárceles por los llamados pranes, Todo esto han multiplicado la irritación ciudadana ante la corrupción policial, judicial, y militar. La suma de los que nombra la corrupción, y la clase política amoral, asoman como la gran desgracia de la Venezuela Bolivariana.

Si la economía mejora -cosa probable, si cambiamos este modelo económico inviable- el PSUV puede remontar la cuesta, pero no estamos en la USA de 1992, cuando Bill Clinton derrotó a George Bush padre con aquella frase lapidaria puesta en boga en aquella campaña electoral: "¡Es la economía, estúpido!" Aquí si alguien de la nomenklatura roja rojita, le llegara a decir a Nicolás Maduro: "¡Es la política, la escasez, la inflación, las colas, estúpido! Ya que no se debe prometer lo imposible, con un anacrónico control de cambios, y el aparato productivo nacional en el suelo".

Percasita11@yahoo.es



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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