Así dice la sabiduría popular, el gobierno de Colombia ha venido tramando la destrucción de la revolución bolivariana, la trampa es mucho más intensa después de la muerte de Hugo Chávez, el negocio de los contrabandistas que en adelante llamamos los sapos, acudieron a la cita de la estaca, su llamado al pago de los billetes de cien por casi el doble de su valor, lo que llamamos "el estímulo" fue la estaca, algo así como un subsidio a los bachaqueros, por cada acción de contrabando, con ello quedaban ensartados los sapos, dicha trampa tenían múltiples fines, secar la circulación monetaria venezolana, devaluar el bolívar, (dólar cucuteño) depreciar el bolívar, (el dólar today), crear hiperinflación, pulverizar el salario, lo que denominamos la trampa de la estaca con la resolución 08 que avala la trampa. Entonces; el sapo salta y se ensarta es por culpa de la estaca monetaria.

El ardid de la estaca del gobierno colombiano consistió en que otorgó a las Casas de Cambio la potestad legal de realizar actividades cambiarias libremente a los paracos (Bancrim), es decir paramilitares desmovilizados incorporados a la vida civil con visos de legitimidad, reconociendo que esta decisión es soberana por parte del gobierno colombiano, aunque perjudique a su vecino, por cuanto que tales acciones monetarias repercute en destruir el signo monetario venezolano, desvalorizarlo, siendo así ¿Qué puede solicitar Venezuela a dicho país, es decir a Colombia para unificar el tipo de cambio, restringiendo la resolución que le confiere derechos de realizar actividades cambiaria libremente a paracos, las Casas de Cambio, impedir las actividades especulativas que declaran guerra monetaria a Venezuela?

La respuesta para acabar con las actividades especulativas de las Casas de Cambio, es imprescindible que el gobierno venezolano exija al gobierno de Colombia, prohibir la compra y venta de bolívares a dichas Casas o que ellas subordinen sus operadores a las decisiones cambiarias del Banco de la República, que esa decisión sea centralizada por el gobierno colombiano, por las institución oficial del Banco de la República, con ello no se viola soberanía, se estaría evitando la trampa de la estaca, el estímulo a las especulaciones monetarias, que consiste el lavar dólares del narcotráfico, obtener bolívares, a la tasa del dólar paralelo, comprar billetes de denominación de Bs. 100, que compran en bolívares, luego pagan a los sapos, los contrabandistas, los productos ilegales que estos venden posteriormente en pesos colombianos y con ellos, compran dólares nuevamente en Colombia y regresan a Venezuela para ser cambiados al precio del dólar paralelo que establece la web especulativa Dólar Today, en combinación con las Casas de Cambio paralelas establecidas en la ciudad de Cúcuta.

Con esto se demuestra, que el bolívar vale, que es altamente demandado, que vale mucha más que el peso, el valor que le atribuye las Casas de Cambio Paralelas, que nos es cierto que el bolívar no vale nada, que su devaluación es especulativa, malintencionada, legitimada, que estiran el salario en peso con los bienes subsidiados e importados de Venezuela, que dependen de las políticas del subsidio venezolanas, lo cual su eliminación significaría caer en su propia estaca.

Acabar con la trampa de la estaca, significa acabar con la especulaciones de las Casas de Cambios, terminar con el dólar cucuteño que devalúa el bolívar frente al peso, asimismo, dejar sin efecto el dólar today, lo cual nos llevaría a neutralizar el estímulo al contrabando que promueven las Casas de Cambio fronterizo, es decir con el bachaqueo de alimentos, productos de higiene y fármacos. Para la oposición venezolana y colombiana, la solución al problema es la de liberar el tipo de cambio, /el estímulo), lo cual significa por consiguiente liberar los precios internos, eso es desmontar los controles de precios en bolívares, vale decir dolarizar los precios de la economía en circunstancias en la que el dólar se ha revaluado en toda la comarca de América Latina, incluyendo Venezuela pese a los controles cambiarios.

Los psicópatas del libre cambio de las monedas en el mercado, del dólar respecto del bolívar, dejan al azar al mercado, traerá como consecuencia un revaloración de las mercancías, de los bienes y servicios, de los precios muy superior al salario, asunto que nada dicen los sicofantes del mercado, menos de la liberación de los salarios del nivel de subsistencia, ellos prefieren aumentar los precios represando los salarios, acumular ganancia a costa del hambre del pueblo, claro ellos no piensan que por ese camino se hundiría el país, como son apátrida desatarían la protesta social, para la cual para ellos es fácil resolverlo con represión fascistas, solución que a la revolución ni le pasa por la mente aceptar tal desparpajada idea.

Así pues la guerra colombiana no solamente es económica, es política y es social, atentan contra la soberanía nacional, consiste en saquear a Venezuela, su gasolina, sus alimentos, medicinas, prácticamente una guerra sistemática, un crimen de lesa humanidad, al negarle el derecho al acceso a la alimentación y a la salud a la población venezolana, el gobierno colombiano sin prestar atención a esto, les tiene sin cuidado, la red delincuencial vinculada al paramilitarismo y las Casas de Cambio Paralelas que atacan el bolívar, descargan el peso de la crisis colombiana, los problemas fronterizo en Venezuela, condenan a la población a vivir del crimen, del contrabando, de la prostitución forzosa, basta ver que el salario en peso en Colombia representa 680.000, mientras en Colombia es un salario de hambre, los especuladores de la frontera lo transforman en 170.000 bolívares mediante las Casas de Cambio Paralelas, un salario que ni soñar, le pagaría un empresario capitalista venezolano al trabajador ni en dos años.