Me confirmaba un amigo colombiano que, para la promoción de Medellín como ciudad modelo, se oculta cualquier imagen que no la favorezca. No hay tomas de los cordones de miseria que rodean la ciudad formal, ni registros de los niños que mueren de hambre. Tampoco del reparto paramilitar de todos los barrios para convertirlos en el más grande expendio de mariguana que existe en Colombia. Menos aún se menciona que son ellos los que deciden quien será alcalde, reservándose el control de la policía. Todo Medellín es un falso positivo.
La realidad fabricada no es, ni mucho menos, invento de Uribe. Orwell hablando del "Ministerio de la Verdad" que aparece en su novela 1984, dice: controla no sólo el futuro sino también el pasado. Si el jefe dice de tal o cual acontecimiento que no ha sucedido, pues no ha sucedido; si dice que dos y dos son cinco, dos y dos serán cinco. Esta perspectiva me asusta mucho más que las bombas, y después de las experiencias de los últimos años no es una conjetura hecha a tontas y a locas…
Lo que Orwell no imaginó es lo lejos que esto llegaría en los siguientes sesenta años. Ha sido tan poderosa y efectiva la manipulación mediática para colocar la atención en la imagen y no en su significación, utilizando la emoción en vez de la reflexión, que se inventan crisis para luego decir como resolverlas o que llaman "redes sociales" al millonario negocio de la mediocridad programada. Ya no se necesita de un ministerio del engaño, ahora la gente se engaña así misma viendo sus selfies en facebook
Esa gente no ve o lee nada que no vengan por los canales que ya tienen codificados. Se autoexcluyen de conversaciones donde se dicen cosas diferentes a las que les contaron. Inventan explicaciones esotéricas para aquellas cosas que no logran comprender. Hablan de la violencia y violación de los derechos humanos aquí y se mudan a la Colombia de los 57 mil desaparecidos y 6 millones de refugiados, o a Panamá y Miami, llenas de truhanes con brillo metalizado. La absurdidad ha sustituido a la fe, que, al menos, era auténtica.