Para este 6 de diciembre se celebrarán las elecciones parlamentarias venezolanas en las que se espera elegir a los 165 diputados que conforman nuestra Asamblea Nacional. Como ha sido usual en los últimos 16 años, la oposición empieza a desarrollar un discurso que consiste en desacreditar al árbitro electoral. Ya están preparando declaraciones de fraude en aquellos circuitos en donde saben que van a perder y a permanecerán callados en donde saben que van a ganar. Basta con analizar los resultados electorales anteriores para tener idea de por dónde irán los tiros.
Para los revolucionarios, en cambio, estas elecciones tienen una especial significación. No es sólo recordar a Robert Serra, mártir de la Asamblea, no es sólo participar sin nuestro Comandante Eterno. Es además tener que hacerlo en un escenario acentuado de guerra económica y de operación tenaza a nivel internacional. Por eso nuestro reto es de una gran significación.
En medio de ese contexto, hay candidaturas especiales en el país. En el Circuito 3 del Distrito Capital, en donde tradicionalmente ha triunfado por amplio margen la derecha, estas elecciones se presentan como un gran reto. Por eso las bases del partido, aquellas que reivindicaba nuestro Comandante, no se equivocaron en proponer una candidatura a la altura del momento que se presenta.
Daniel Aponte representa, como lo dice su frase central de la campaña, lo nuevo y lo bueno. Con un discurso encendido y brillante, Daniel es la nueva forma de hacer política, sin los insultos y bajezas de la derecha, sin el ataque vil al contrario, sin irrespetar al que piensa distinto y con niveles de austeridad y creatividad en su propuesta que son coherentes con los acontecimientos que vive el país. Reivindicando la Política, con mayúscula, Daniel ha mostrado lo nuevo de la misma, ha enseñado con acciones lo importante de la participación, nunca ha eludido el debate y ha estado presente en los recorridos casa por casa y de cara con los habitantes del circuito. Con menos de 30 años y siendo profesional, padre de familia y patriota, Daniel demuestra en la práctica lo que significa ser revolucionario. Tiene sobre sus hombros la responsabilidad de emular a Robert Serra, de continuar su camino y de servir de ejemplo a los jóvenes que se incorporan a esta nueva forma de hacer política.
En su discurso Daniel Aponte se ha centrado en la necesidad de una Ley que contemple y de soluciones reales al problema de la Seguridad, en momentos en que nos invade el paramilitarismo y se tienen las amenazas internacionales. También se ha propuesto actualizar el Código de Comercio y la Ley Orgánica de la Economía Comunal, esto dentro de la visión fundamental del Comandante Chávez que decía "Comuna o Nada".
¿Contra quién se enfrenta Daniel Aponte? No es sólo contra unos dinosaurios de la política venezolana (con minúscula) sino contra toda una campaña nacional e internacional que intenta responsabilizar a la Revolución de las consecuencias de una cruel y despiadada guerra económica. Señores como Ramos Allup, Pablo Medina o Berenice Gómez son la viva representación de lo decadente de la política puntofijista, pero ellos están acompañados de un gigantesco aparato propagandístico y de alienación que es fabricado por el Imperio y que busca convertir estas elecciones parlamentarias en una desesperada forma de acabar con la Revolución.
Un triunfo de la Revolución en el Circuito 3 del Distrito Capital significará la más aplastante derrota y un sello de irreversibilidad que se le propinaría al Imperialismo. Por eso no nos cansamos de reiterar la importancia de estas elecciones y la importancia de derrotar a lo viejo y lo malo de la política. Nuestro Socialismo depende de estas victorias.