Aunque sea vieja costumbre que en campañas electorales los politiqueros pongan de moda sus groseros antifaces, esta vez se pasaron de maracas porque la desesperación los llevo a tomarnos por idiotas. Por un lado, en medio de un grotesco y oneroso carnaval publicitario, se nos presenta un chavismo desdibujado en su esencia; que recurre a la memoria de Chávez como muleta, pues piensa que así podrá recuperar las simpatías que perdieron por no desmontar a tiempo los efectos del desabastecimiento inducido. Ahora, cuando se ven el agua en el cuello y solo consiguen exponer la imagen de Chávez, descubren también que no les resultará del todo intentar emular al Cid Campeador: queriendo ganar la batalla después de muerto.
En esa burda comparsa de cinismo e hipocresía, también la oposición opto por enmascararse, porque saben que la MUD están más rayada que una cebra, y por ello prefirieron esconder sus candidatos detrás de una altisonante pero engañosa oferta de "cambio", slogan a todas luces más falso que saludo de alcabala. Que el cambio prometido sea una descarada involución o pacto con el FMI y el Banco Mundial, eso lo saben hasta las piedras, pues por más que la MUD se tongonee, siempre se les verá el bojote.
Esperamos que este 6D los electores piensen muy bien lo que harán con su voto; que no cometan la gran tontería de dejarse meter gato por liebre con esas engañosas ofertas de "cambio", y que no es otra cosa que trampa caza bobo. Y conste que no es primera vez que los pueblos por inventar creyendo en cuentos de camino, terminaron eligiendo a verdugos que se encargaron de llevarlos derechito de Guatemala a Guatepeor.
Así que escríbanlo porque es palabra de profeta: Después del 6D muchos serán los arrepentidos por dejarse encallejonar por una polarización que les resultará peor que maldición gitana, pues está impregnada con esa maledicencia de las siete plagas de Egipto.