A casi una semana de esta nueva experiencia para el proceso revolucionario siguen en nuestra imaginación rondando preguntas, como las que nos hacíamos de adolescentes ya interesados por la historia, cuando escudriñábamos en busca de una razón que nos diera luces, sobre como Adolf Hitler, siendo un sujeto sin mayor formación, pudo arrastrar a su antojo a la nación, que para el momento dominaba la escena mundial en ciencia tecnología, un país cuna de grandes pensadores, un pueblo culto como el alemán.
Hoy nos preguntamos nuevamente, algo parecido, pero esta vez por un hecho ocurrido en nuestro país. ¿Cómo explicar que un pueblo, que a lo largo de 58 años, ha vivido y sufrido la acción criminal de la derecha fascista haya pasado la página Un país, que por primera vez en la historia se sitúa en el segundo lugar en Latinoamérica y cuarto en el mundo con la mayor matrícula universitaria, gracias a la visión del gigante del Siglo XX, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, que enarboló la educación y la cultura, como herramientas para la liberación.. Un pueblo que a lo largo de 15 años, ese extraordinario docente y pensador que fue Hugo Rafael Chávez Frías, le enseñó el camino de la libertad, mediante la inclusión y el empoderamiento, con herramientas legales, que ahora están amenazadas por la acción de la derecha y la oligarquía, producto del apoyo popular alcanzado en las elecciones parlamentarias. Como entender que por una manipulación y una coyuntura económica adversa producto de los ataques externos y de errores domésticos, repentinamente ese pueblo empoderado haya decidido poner su destino en manos del hampa política que por más de 40 años lo masacró, invisibilizó, vejó y pisoteo sus derechos. Como definir la conducta electoral, de quienes dieron la mayoría parlamentaria a los enemigos de la patria, sin reparar que eligieron a criminales, imputados por el Ministerio Público y a asesinos de estudiantes, en la Cuarta República?
Son preguntas y reflexiones que ameritan respuestas y análisis profundo por parte de quienes tienen responsabilidades de gobierno y dirección política, así como de quienes solo somos militantes duros, claros ideológicamente, que hemos venido emitiendo alertas, que desafortunadamente han sido desdeñadas por quienes cayeron víctimas de la borrachera que produce el poder y la fe ciega en el electoralismo burgués, aliñado con arrumacos con factores de la derecha pensando que son capaces de cumplir, con las promesa hechas en cenáculos de negociaciones denominados "diálogo", para preservar la gobernanza, sin confrontarles con el empuje y las herramientas de la revolución.
En el proceso revolucionario, o se afina la fragua para templar el acero o se apaga y caemos en brazos del enemigo y eso lo percibe rápidamente el pueblo y quiebra a quien no tiene una sólida formación ideológica. Mucho de eso sirvió de condimento para la torta que pusimos el 6D. De esa torta todos tenemos parte y debemos asumirla con pundonor.
Tenemos que concluir que, así como el pueblo alemán por la ausencia de una conducción clara y definida, cayó en manos de un demagogo y disociado como Adolf Hitler y su asesor Goebels, en principio siguiéndole y creyendo en los postulados de Mi Lucha y posteriormente sometido por el miedo y el terror, así mismo el pueblo venezolano de a píe, al no tener un sendero fijo, también cayó en la trampa de la demagogia, de la rabia y del miedo y ese fue el resultados del 6D.
Veamos algunas percepciones en nuestro humilde criterio: El pueblo contempló atónito, que criminales, como el gobernador de Miranda, que al ser derrotado como candidato presidencial, se plantó ante las cámaras de TV y llamó a "Drenar esa arrechera" contra el pueblo chavista y dejó como saldo 14 víctimas, entre ellas una niña de 12 y un niño de 13 años y no pasó nada. El sujeto siguió gobernando y desafiando a un Estado engatillado y enculillado, que imputó a otro criminal, responsable de 43 muertes, por su llamado a "La salida", porque este se chorreo, cuando supo que su propia gente le iba a ejecutar y se entregó para que lo protegieran y evitaran su asesinato, de lo contrario estaría desafiando a la ley, como lo había hecho hasta entonces.
De igual modo el pueblo se vio desamparado ante el desaforado brote hamponil de los especuladores, que vienen aumentado los precios de todos los productos de primera necesidad, hasta en un 20 por ciento semanal, sin ver la acción de los organismos responsables de parar el desafuero. Hubo mucha televisión, pero el pueblo nunca conoció el primer juicio contra los ladrones. Igualmente se encontró solo frente a quienes le negaron las medicinas. Pero seguían recibiendo dólares del Estado El pueblo también percibió, como una salta de bandoleros, se robaron con empresas de maletín más de 30 mil millones de dólares y hasta hoy no conocemos un solo nombre de esos hampones y muchos menos procesos judiciales en su contra, pese a las promesas de dar a conocer hasta el último implicado sin importar apellidos.
El envalentonamiento de los fascinerosos políticos, que diariamente amenazaban impunemente con volver a las calles a quemar edificios, vehículos y asesinar inocentes, como lo hicieron en octubre de 2013 y de febrero a mayo de 2014, atemorizó a muchos compatriotas, que decidieron darles el voto para evitar la tragedia y otros se quedaron en sus casa llorando su sentimiento de traición, pero optaron por no votar para no tener culpa de lo que ocurriera.
También hubo el voto con rabia, frente a la ausencia de la profundización de la revolución y del golpe de timón, particularmente en el campo de la economía, que nos ha colocado cada día más cerca de la pobreza. El discurso incongruente, la ausencia de un auténtico trabajo ideológico, optando más por el asistencialismo y el populismo, razón por la cual los urbanismos entregados por la Gran Misión Vivienda Venezuela, han sido tomados por los pranes y sirvieron de fortalezas para comandos de campaña de la MUD. La ausencia del escenario político del proceso revolucionario de personajes importantes que siempre estuvieron al lado del Comandante Chávez, El misteriosos ostracismo a que sometieron al M/G Miguel Rodríguez Torres, quien se enfrentó con decisión, arrojo y sacrificio al paramilitarismo criminal, actor principal de "La Salida" y otros tantos episodios, crearon dudas y desconfianza en nuestros compatriotas. Todo este cúmulo de errores y otros largos de enumerar, tienen que ser discutidos en un gran debate nacional, para que se aclaren las aguas del río del bolivarianismo, donde nos queda la amarga convicción de que hay mucha militancia de emoción, pero no de corazón No es hora de recular, sino de asumir y rectificar.