Desde que tengo uso de razón he escuchado la frase "Amor con hambre no dura"; entiendo que el espíritu de estas palabras anuncia que el amor se extingue cuando el hambre y la falta de alimentos prevalecen en una relación. Diríamos que estos alimentos van desde lo que necesitamos biológicamente para vivir en bienestar hasta aquellas cosas más afectivas e inspiradoras al logro personal, familiar, laboral y profesional. En otras palabras, para que el amor se mantenga es necesario que estén cubiertas las necesidades más básicas del ser humano.

Si en una relación una de las partes tiene el estómago lleno y la otra no ha probado un bocado en días, esto conflictua y resquebraja el vínculo afectivo y si aparece alguien que implanta mensajes que maximicen este hecho, la ruptura se acelera y se trastocan los sentimientos y comienza a aparecer la rabia y el odio hacia el otro. Surgen pensamientos tipo: "mientras yo paso hambre tu comes y me dices que me amas, no joda"

En la actual coyuntura nacional están surgiendo pensamientos y sentimientos de rabia hacia los líderes del proceso revolucionario ya que mientras el pueblo pasa horas y horas, bajo el sol, paciente y tranquilamente para adquirir los ingredientes necesarios para su dieta diaria, para la alimentación de sus hijos, para su higiene personal, los dirigentes políticos no hacen colas ni se los ve por esos lares.

Ante esta situación, los politiqueros de la oposición, que tampoco se los ve haciendo colas, pero que si incentivan estos sentimientos de rabia y de impotencia del pueblo, se valen de las más refinadas estrategias comunicacionales para potenciar estos pensamientos y lograr que surjan las creencias más irracionales del pueblo, como el que políticos como Ramos Allup, Ledezma, Ismael García y empresarios como Mendoza quieren brindar la máxima felicidad y bienestar a todos, ocultando a su vez el origen de sus ideologías y principios capitalistas.

Este panorama se torna más sombrío cuando vemos la parálisis entre los dirigentes gubernamentales, ministros, gobernadores, alcaldes, etc.

Todo el accionar se va enmarañando en una retórica que no llega al pueblo ya que esto no se ve como una solución ante el "hambre", ni como una medida que alimente al amor.

De nuevo, ¿qué hacer?

1.- Los altos personeros del gobierno deben apersonarse de manera imprevista en los lugares en donde haya largas colas y conminar a los dueños de estos establecimientos a que muestren sus almacenes y que establezcan medidas humanas para que la gente pueda hacer las colas de forma decente y sensible.

2.- Si se habla de guerra económica entonces deben implantarse medidas de guerra.

3.- Tener presente que si no se satisfacen las necesidades básicas del pueblo, éste no va darse cuenta de las estrategias golpistas de la oposición y tampoco va a tomar en serio lo que señale y expresen los líderes revolucionarios.

4.- Maximizar las políticas y estrategias comunicacionales que vayan en dos direcciones; por un lado, desenmascarar las maniobras de la oposición, y su ideología capitalista; y, por otra parte, ahondar en la ideologización del proceso revolucionario y los valores bolivarianos y socialistas.

6.- El presidente Nicolás Maduro, los gobernadores, alcaldes y personeros del gobierno deben escuchar de verdad lo que dice el pueblo y considerar plenamente sus planteamientos.

5.- Potenciar y visibilizar al máximo los derechos de seguridad y salud laboral de los trabajadores e instrumentalizar medidas que conlleven a la participación y lucha por las condiciones de seguridad y salubridad en los centros de trabajo.

Estas seis medidas se pueden llevar a cabo en lo inmediato y con esto se logrará abortar el golpe camuflado que está realizando la oposición.

El tiempo está avanzando y cada día se está tornando viral las posiciones en contra del gobierno revolucionario. De no hacer nada se pasará esta etapa como la que la que revivió al adequismo y la que sepultó al socialismo bolivariano.