Earle Herrera ha puesto el dedo en la llaga cuando de manera pertinente olfatea que está en marcha un golpe parlamento; y que en esa dirección también se mueven la derecha estadounidense y europea, Fedecámaras, la Conferencia Episcopal de Venezuela y los medios de comunicación entregados al imperialismo. Y conste que no es primera vez que sucesos lamentables como estos ocurren en el hemisferio, pues Manuel Zelaya y Fernando Lugo fueron víctimas emblemáticas de ese formato utilizado contra los gobiernos de corte progresista y anti-imperialista.
Recordemos que en Honduras, tras varios meses de intensa crisis interna, la grave situación devino en fuertes enfrentamientos entre el presidente Manuel Zelaya con el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte Suprema de Justicia. En esa ocasión el falaz argumento esgrimido por la derecha consistió en calificar de ilegal la propuesta de una Cuarta Urna, para votar un referéndum y cambiar la constitución mediante Asamblea Constituyen. Esta vez, a los intentos de refundar la república, los complotados respondieron acusando a Zelaya de traición a la patria, abuso de autoridad y usurpación de funciones en perjuicio del Estado. El 28 de junio de 2009, mediante una amañada decisión judicial, se ordena sin son ni ton la captura y expulsión del mandatario hondureño. Años más tarde, la desclasificación de documentos de la CIA, revelaron que el golpe era otra de las tretas de EEUU para mantener su hegemonía en una región geopolíticamente estratégica para los intereses norteamericanos. Incluso, no faltaron las intrigas pues algunos tarifados analistas llegaron a decir que Zelaya no concluyo su último año de mandato, porque su proyecto de modernización institucional estaba asociado al que venía desarrollando Chávez desde 1998.
Si estableciéramos comparaciones entre la realidad que para el momento vivía Hondura y el cuadro que regía en Venezuela, precisamos que Zelaya era un poderoso solitario con poca audiencia en la calle y en los cuarteles; y además, tenía en contra todos los poderes públicos, incluyendo el estamento militar que estaba muy contaminado por la fuerte influencia de Washington. En cambio, en nuestro caso si existe un amplio respaldo institucional en cuatro de las cinco ramas del Poder Público, amén de que no se discuta la férrea unidad del binomio ejército-pueblo, cada vez más arraigados en la conciencia colectiva por la presencia de valores patrios que nos blindan contra cualquier intromisión extranjera.
Años más tarde, también a Paraguay le va a tocar enfrentar las nefastas consecuencias de una conspiración incoada en su parlamento. Después de haberse intentado numerosos juicios contra el gobernante Fernando Lugo, la oligarquía pitiyanqui logra en el 2012 reunir a Senadores, cuatro partidos de derecha, la jerarquía eclesiástica y los medios de comunicación en una amplia conspiración que vulneraria la voluntad del pueblo paraguayo que había sido expresada en los comicios del 2008. De nada sirvieron las manifestaciones de apoyo de la comunidad internacional, porque a la final se impuso la agresiva diplomacia de EEUU y Canadá.
Hoy, los oportunistas de la vieja política que confunden tolerancia con parranda de chuco, pareciera que ignoran que no existen condiciones para que prospere una aventura golpista del Poder Legislativo; y por ello advertimos que se quedaran con los crespos hechos aquellos que creen que comerán cochino en caso de una salida extraordinaria a la crisis inducida por los enemigos de la patria libre. Así que tranquilo y sin nervios camarada Earle Herrera, usted puede dormir en santa paz, pues a los fatuos de la MUD le sobran ambiciones desmedidas, pero también le falta cojones para atreverse a desafiar al bravo pueblo bolivariano.
Por último, esperamos que leídas estas líneas, José Vicente Rangel deje de andar haciendo premoniciones fatalista, pues ahora en Venezuela no abra dialogo con fascistas, ni tampoco nos mataremos unos a los otros, porque como es sabido nunca los cobardes fueron capaces de hacer la historia.
