Construido por Antonio Guzmán Blanco durante su primer gobierno o septenio (1870-1877), el Palacio Federal Legislativo o también llamado Capitolio Federal, no merecía que politiqueros filibusteros lo degradaran a circo barato. Hoy, los ciudadanos decentes--que todavía son muchos y por bojote-- no disimulan su estupor viendo como esa imponente obra arquitectónica de estilo neoclásico del siglo XIX que había servido de sede del Poder Legislativo Federal de Venezuela, ahora este convertida en guarida de malandros de la MUD, quienes a partir del 5 de enero están dedicados a planear toda clase de maniobras para la destrucción de la soberanía nacional.
¿Qué si Diosdado Cabello era dictador, cínico y chocante? ¿O que quería chantajear a Maduro exigiéndole la mitad del gobierno para organizar su candidatura para el 2019? Y pare usted de contar las innumerables especulaciones con las que embusteros de oficio lograron engatusar a quienes por rabieta terminaron cambiando la morocota por el menudo", como seguramente habría dicho el Maestro Gallegos quien no fue un adeco tarugo como Ramos Allup. Se fijan porque a veces hay razones para decir que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y por eso son muchos los que ahora reconocen que fue graso error dejarse arrastrar por el voto castigo, pues a la final la gracia les resulto una morisqueta.
Y como guerra avisada no mata soldado, desde ya deberíamos ir preparándonos para salirle al paso a los planes golpistas que promueven los lacayos del imperialismo. ¿Acaso no es mal síntoma y hasta ridículo que declaren como emergencia humanitaria la supuesta crisis de salud que mediáticamente tratan de magnificar estos fascistas con fines inconfesables? También habrá que preguntarse que traen bajo la manga los integrantes de la comisión que investigara a los nuevos magistrados del TSJ, y también porque esos criminales responsables de la guerra económica, ahora muy orondos tratan de lavarse las manos echándole la culpa a los funcionarios de Agropatria. ¿Sera que somos tan ingenuos que todavía no alcanzamos a percatarnos que está en marcha un golpe parlamentario con respaldo de la CIA y el Pentágono?
Aunque no sea bueno profanar tumbas ni andar creyendo en superchería, sin embargo no faltarán de aquellos que por tremenduras de esa loca de la casa que es la imaginación, hoy se estén preguntando: ¿Qué pensaría Guzmán Blanco de todo este desastre? ¿Se habría arrepentido el Ilustre Americano de negar recursos a su decreto de educación gratuita que tanto criticaba la Iglesia, en vez de malgastar presupuesto construyendo lo que más tarde llegaría a ser un nido de alacranes? ¡Cosas veredes, amigo Sancho!