¡Que felicidad la de Mateo el apóstol! Creo que si viviera en esta época fuera la persona más envidiada del mundo, por no dejarse tentar por los precios de los productos que venden los bachaqueros. Posiblemente, con su actitud, le sacaría la piedra a los que le han hecho la guerra económica al país, porque un hombre que diga "No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir" o "No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse" podría ser considerado un rompe guerra, y comenzaría a ser señalado por los medios de comunicación privados, como enemigo de los empresarios "guerreros".
Posiblemente, si la gente hiciera caso de las enseñanzas bíblicas de Mateo y, tuviera aguante, solo podrían ser alimentados por la fe en Dios, pero no podrían resistir el gruñir de las vísceras que los haría recorrer los abastos, bodegas y supermercados en la búsqueda de algo para calmar el hambre. Es por eso que, sabiendo las ansias del pueblo por andar todo el día rastreando los alimentos y, acostumbrado a esto, no le haría caso a Mateo. Sus palabras no calarían porque, en Venezuela, son muchas las personas que están preocupadas por lo que habrá de comer o beber y es mas, desde el día anterior ya andan haciendo contactos con los bachaqueros que le proveen de alimentos, pues por la bebida no se preocupan porque en cierta forma, ella no es parte de la guerra económica; hablo de la cerveza.
Pero, uno se conforma cuando alguien como Mateo el apóstol, en sus enseñanzas bíblicas, nos dice: "Así que no se preocupen, preguntándose: '¿Qué vamos a comer?' o '¿Qué vamos a beber?' Particularmente, considero que es mas fácil para el venezolano preocuparse por lo que pueda comer, ya que parece que quienes se encargan de distribuir los alimentos en el país, la empresa Polar, juega mas con el hambre del pueblo que con la sed; porque es mas fácil conseguir una caja de cerveza distribuida por la misma empresa, que una harina pan.
De todos modos, no hay que preocuparse. Cada día tiene su afán, y en cada uno de ellos, Lorenzo Mendoza y los bachaqueros, son actores de primer orden y de ellos depende lo que comeremos o beberemos. Pero de seguro, beberemos más que comer y, bajo esas condiciones, la pea es grande.