Es hora de empezara entender los entuertos que han separado la izquierda, y parte de ella considera inconveniente llamar a capitalistas a colaborar con Venezuela. Es que el enmigo no ha sido el capitalismo. El chavismo ha luchado correctamente más contra la oligarquía que contra la burguesía. Cuando hablemos de burguesía parasitaria y rentista debemos entender oligarquía.
Al liderazgo de la derecha venezolana se le ha identificado como representantes de empresarios tenidos como burgueses o capitalistas rentistas y parasitarios, y también como terratenientes. El manifiesto desapego de estos empresarios al trabajo los ha puesto en evidencia como rentistas parasitarios, pero, bien miradas las cosas, jamás han sido capitalistas. Los auténticamente capitalistas de Venezuela son los empresarios medios, y los pequeños capitalistas, pequeños patronos son.
Eso explicaría porqué transcurrieron tantas décadas prechavistas para que la gente de izquierda se mancomunara no sólo alrededor de Hugo Chávez, como tal, sino alrededor de su Proyecto Bolivariano en remplazo eficaz de las banderas antiburguesas y anticapitalistas que jamás hicieron mella ideológica entre los oligarcas, quienes se mantuvieron a la zaga, mientras el presente proceso bolivariano no fue madurando y pudo afianzarse como antioligarca, antiparasitario y contra supuestos fabricantes e intermediarios que han preferido ralentizar su producción o acaparar y limitarse a importar en lugar de aprovechar las enormes ventajas económicas convencionales y las comparativas que nos facultan para ser potencia económica de alto peso, particularmente por estar dotados de una gigantesca riqueza petrolera, diversominera y agrícola con una subutilización de la tierra y aguas fluviales sólo explicable por el carácter rentistas y feudal de una seudoburguesía que es más bien una obsoleta oligarquía estancada en una fosa de dos siglos como mínimo
Los oligarcas que hemos tenido no son compatibles con estos proyectos ya que ellos, de esclavistas coloniales, de grandes hacendados del cacao y el cafeto, sólo pasaron a rentistas peroleros y parásitos de esta sociedad, antes, a rentistas disfrazados de industriales y comerciantes.
Ahora estamos observamos cómo un puñado de capitalistas no oligarcas ni descendientes del mantuanato colonial, del tipo de los Mendoza, reaccionan como lo vienen haciendo al mostrase en desacuerdo con las prácticas golpistas y antindustriosas de quienes lideran la reacción mantuana y oligarca de viejo cuño.
Sólo de oligarcas es echar la leche al lago, matar miles de gallinas ponedoras para luego incinerarlas; desabastecer al país, cosas así, porque, bien miradas las cosas, con el potencial económico que tenemos deberían haberlo aprovechado para enriquecerse con la ingente demanda que la nueva Administración Pública ha estimulado hasta ahora.
Sólo este enorme error de diagnóstico sociológico y económico nos explica cómo estos supuestos industriales en vez de ampliar sus empresas fabriles las han estrangulado; en vez de aprovechar los dólares como capital para multiplicar a la ene su propia capital, en su lugar, decimos, asumen una actitud contraria a toda ortodoxa capitalista. Es así cómo se han limitado a especular y entorpecer el único sistema que los enterrará como oligarcas y no como capitalistas porque jamás lo han sido.
El capitalista nato aplica dumpin que es todo lo contrario: inunda el mercado para bajar precios y luego subirlos autónomamente al mejor estilo monopolista.
Las luchas antiizquierdistas que emprendieron los puntofijistas contra la gente de izquierda las hicieron por mandato de EEUU para frenar que los líderes marxistas fueran bien recibidos ya que con estos verdaderamente se estarían arriesgando el desenmascaramiento del papel de la burguesía internacional como cómplice de toda la oligarquía que se mantiene en sus trece en América Latina. Ahí están los ejemplos peruanos y chilenos y colombianos