Bachaqueros, los nuevos verdugos

Como si no bastaran tantas plagas golpeando este pueblo, surge una especie tan letal como el Zika y tan peligrosa como las recetas del Fondo Monetario Internacional. La irracional conducta de una gran cantidad de compatriotas, ha concebido en una carnicería de "pueblo contra pueblo". ¿Quién en Venezuela es capaz de no ayudar a un vecino? Mi madre decía que el familiar más cercano que tenemos a la hora de una necesidad, ¡ES EL VECINO!...

Pues bien, la práctica del bachaqueo a dado al traste con este principio de vida comunitaria, toda la cultura del bien común se fue y solo queda una alienación masiva que supone el lucro material como premisa de vida social, que ha socavado la convivencia y ha convertido a las personas en armas letales y devoradoras de tranquilidad humana a sus semejantes, en el propio contexto de vida común o sea en su propia vecindad.

El fenómeno conductual aludido ha sido capaz, de borrar nuestras más arraigadas costumbres religiosas y humanas (y por demás) elementales. Véase: solidaridad, generosidad, piedad, amor al prójimo, caridad, moral y ética, convivencia armónica y otras (pero muchas otras) mas. Sin duda el comportamiento del bachaquero se arropa en la criminalidad, y lo coloca (esta conducta) al margen de toda legalidad humana y divina, no me queda la menor duda que lo aleja de DIOS. Cuando nos alejamos de DIOS y su amparo; perecemos. Es lastimoso decirlo pero como humanidad los venezolanos con este proceder estamos extinguiendo el grupo social que somos.

Quizás muchas personas piensen o se imaginan como serán los bachaqueros. La única referencia visual que tienen son las colas en los supermercados, los camiones con decomisos, personas sudadas, morenitas y morenitos y otros rasgos étnicos según, de menor ralea. Nada más alejado de esta triste realidad. Esta referencia mediática (aunque todo este tejido es vox populi) solo exhibe una porción de una trama corporativa. Su verdadero génesis se esconde, y camufléa toda la patraña mercantil que deja las más asombrosas ganancias monetarias (dólares y bolívares) a sus directores, diseñadores y operarios; que son -sin más allá, ni más acá- empresarios. Esta práctica en su desempeño, a lo mejor ha creado nuevas empresas también. Hasta por internet hay bachaqueros ofreciendo productos a precios astronómicos.

Pues bien, fijémonos. Un jabón de pasta (nombre popular) lo compran en menos de ocho bolívares, y a un vecino se lo venden en 200. Un kilo de arroz que vale 25 se lo venden a un primo en 380. Una máquina de afeitar desechable con un valor sin oferta en cualquier comercio de 7 a 10 Bs, se lo venden al tío en 300. Un paquete de pañales desechables de 30 unidades (costumbre maternal importada) no llega a valer 200 Bs y se lo meten a una amiga o a una ahijada en 100 bs cada pañal. La harina para hacer arepas de cualquier marca con costo al consumidor en menos de 30 bolos, lo ofertan en las pulgas de Maracaibo y a todo grito en 400 BOLIVITAS. El azúcar no lo vende nadie bachaquea´o en menos de 300. Solo anotaremos algunos ejemplos por lo largo de la enumeración.

Ahora esta práctica no solo existe en el menudeo, lo que vemos en las colas son pendejadas al lado de las tramoyas mayoristas que alimentan el bachaqueo. Mucho dinero compra toda la producción de algún rubro, entonces se queda sin despachos gran parte de los distribuidores de este rubro y nunca llegará a los supermercados. Hay supermercados que venden al mayoreo y vacían sus anaqueles de inmediato y acrecienta la escasez. A su vez algunos de estos supermercados le venden a cada cliente de la cola una cantidad exagerada de un mismo producto, para que se agote de inmediato y así producir descontento en la población que no logró comprar ese mismo producto, en la misma cola. No falta el acondicionamiento de compra, mercados donde tienes que comprar un cortaúñas, para poder llevar una papeleta de leche. Contando que para el despacho mayorista hay que pagar bajo cuerda (fuera de factura) sumas importantes. También los hay con venta nocturna, en la noche llenan camiones de productos y en la mañana no hay colas porque no quedan cosas que comprar.

En diciembre de 2014 se vendió mucha harina con fecha vencida, la acapararon y aprovecharon la navidades para salir de ella, porque a pesar de todo comimos hallacas. En supermercados y carnicerías tiempo sin pollos (y que no había producción por los dólares), pero nunca dejaron de vender pollos: asaderos, hoteles, restaurantes, salones de fiestas y rumbas, ellos si recibían pollo. Y entonces. Entre los negocios involucrados están; farmacias, supermercados, deposito de licores, abastos en los barrios, mercalitos, distribuidoras cárnicas, hasta en agencias de loterías venden bachaquea´o alguna cosa. la complicidad es absoluta de un gentío.

Hay mucha gente tras bastidores en esta práctica inhumana; autoridades, grandes y pequeños empresarios, gente común, oportunistas, malandros, pobres, ricos, líderes políticos y comunitarios de oposición y oficialistas, hombres y mujeres, gente con carro o sin él, familiares de funcionarios y servidores públicos, en fin gente de nuestra sociedad, con la que compartimos un día y hoy la vemos degradada, solo por algún dinero fácil. A la par de los raspacupos, de los remeseros, los contrabandistas de gasolina, de los cambistas en la frontera con Colombia, de los tratantes de blanca, de los narcotraficantes, de los vendedores de armas, los atracadores, los sicarios. El más innoble sentimiento ha florecido en nosotros. Estamos llenos de nuevos verdugos ahora llamados Bachaqueros.

 



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Pedro Barrera


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