Muchas veces lamentablemente lo urgente tapa lo importante. Por eso los quiero volver a invitar a defender y promover la amplia y generosa biodiversidad de nuestra patria. Tenemos una riqueza única. Disponemos de la maravillosa conjunción de la Cuenca Amazónica, la Cordillera Andina y el Mar Caribe. Gozamos de un complejo mosaico de ecosistemas que nos regala sabanas, bosques de todo tipo, selvas nubladas y páramos; desiertos con bosques secos, cardonales y hasta manglares.
El llamado es a la Academia, los conservacionistas, los profesionales de cada disciplina, los militares con vocación hacia la naturaleza, a los vecinos y alcaldes que en su momento respondieron sumando sus viveros, huertos y ornamentaciones en plazas y localidades.
A las empresas que tienen responsabilidades contaminantes les decimos: vengan voluntariamente a aportar para cubrir su cuota descontaminante. Solo pedimos buena fe, respeto mutuo e integración.
Me duele mucho que tal vez en este mismo momento la mano criminal del ser humano, con residuos mentales capitalistas, esté eliminando una de las 15.636 diferentes especies de plantas o una de las 1.860 especies de peces, las 340 especies de anfibios, depredando alguna de las 1.463 especies de aves o 386 especies de mamíferos que reinan en nuestro territorio.
Hay que seguir combatiendo con firmeza al vandalismo ambiental. En Venezuela ahora no hay lugar para los traficantes de bienes y recursos naturales. Esa es la diferencia de concepto y lo es porque somos gobierno en Revolución; porque responsablemente asumimos los retos y las obligaciones que nos corresponden.
Como hombre criado y desarrollado en un ambiente tan natural como Playa Parguito, en la isla de Margarita, siento esa pasión por generar una cultura nueva como el Ecosocialismo. Desarrollemos e impulsemos el modelo económico productivo basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.
Ahora hay que poner manos a la obra. Los dramáticos efectos del fenómeno del Niño son suficiente argumento como para ocuparnos seriamente de nuestra maltratada naturaleza. Empecemos a salvar al planeta preservando nuestra madre tierra, los invito a acompañarme.
Un abrazo